"Hágase la luz", un viaje de la muerte a la vida a través de la donación

  • Una cama como un espacio vital, en el que la muerte cede paso a la vida, a través de la donación de órganos. Esa es la idea de la que parte la muestra "Hágase la luz", que 13 alumnos de la Escuela de Artes Mateo Inurria de Córdoba han desarrollado expresamente para un aniversario muy especial.

Juan Velasco

Córdoba, 7 jun.- Una cama como un espacio vital, en el que la muerte cede paso a la vida, a través de la donación de órganos. Esa es la idea de la que parte la muestra "Hágase la luz", que 13 alumnos de la Escuela de Artes Mateo Inurria de Córdoba han desarrollado expresamente para un aniversario muy especial.

Este año se cumplen 35 años del primer trasplante en el Hospital Reina Sofía de Córdoba, toda una referencia nacional en este tipo de intervenciones, y donde se puede ver esta muestra durante todo el mes de junio.

"Hágase la luz" ofrece una mirada distinta al mundo de la donación y el trasplante de órganos, simulando un viaje que se inicia con la muerte y la donación, para continuar con la vida y la felicidad que llegan después de un trasplante.

Así lo ha explicado a Efe el coordinador de trasplantes del Hospital Reina Sofía de Córdoba, Juan Carlos Robles Arista, quien ha resaltado que la exposición recoge a la perfección el proceso de donación, desde la "generosidad" del donante hasta el "sufrimiento y posterior felicidad" del receptor.

La muestra también representa un homenaje a la sociedad española, según Robles, que ha hecho posible que España sea un país "envidiable y envidiado" por el resto del mundo al encabezar el ránking mundial de donación por millón de habitantes.

La exposición, según ha explicado a Efe el profesor de la escuela y coordinador del proyecto Manuel Moreno, se ha hecho "huyendo de lugares comunes", y apostando por soportes que no fueran rígidos, sino tridimensionales, capaces de "crear una conexión directa con el espectador, para que éste fuera partícipe".

Realizada por 13 alumnos de último curso de la escuela, la exposición se apoya en materiales muy diversos, con la fotografía creativa como vehículo transmisor de la importancia de la donación.

Consta de cinco cuadros (de 1,50 por 1 metro) en los que se pueden ver fotografías en impresión digital sobre una lona en bastidor, así como de otros elementos como lámparas circulares en constante movimiento, con retratos de personas que interpretan a donantes y receptores, y globos rojos con los nombres de algunos de los pacientes que se han sometido a esta prueba de vida.

La mirada en las fotografías siempre es cenital, y todos los personajes que en las fotografías aparecen -un donante y cuatro receptores- lo hacen sobre una camilla de hospital, aunque sus expresiones varían, especialmente los ojos.

"Los ojos cerrados, para el donante. Los ojos abiertos para el receptor", especifica Moreno, que hace 3 años ya participó en un proyecto artístico titulado "To be continue", que también abordaba la donación, y que sirvió para que el Reina Sofía confiara en los alumnos de esta escuela para este tipo de instalaciones.

Moreno indica que ha sido un trabajo en grupo, desarrollado sobre el concepto de la vida y la muerte, pero con un matiz optimista, al invertir el viaje, con la muerte como punto de partida y la vida como destino final.

Para dotarlo de realismo, quisieron contar con pacientes trasplantados, pero, por la dificultad de cuadrar agendas, solo se consiguió contar con uno, Lourdes, que donó un órgano a su hija.

"Los artistas abordamos mucho los temas sociales", concluye Moreno, que aclara que "Hágase la luz" es un proyecto muy importante e interesante porque une la educación, la cultura y la sanidad.

Finalmente fueron los propios alumnos los que hicieron de modelos en un proyecto que ha contado en su proceso con las asociaciones de trasplantados y los familiares.

Por su parte, los alumnos de la escuela han quedado encantados con la experiencia creativa común, y con la posibilidad de utilizar el arte como poderosa arma de concienciación, según explica Jorge Alba, uno de los creadores.

La muestra pasará por otros espacios cuando termine su periplo en el Reina Sofía de Córdoba, y quizá consiga su objetivo final: concienciar de que el final de un viaje, puede ser el inicio de otro, para otra persona. EFE

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