Hermoso de Mendoza, tres orejas y sale a hombros en Manizales, Colombia

  • El rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza conquistó una nueva plaza en Colombia. El turno fue para Manizales, donde cortó tres orejas e inauguró, en esta temporada, la puerta grande de la ciudad caldense.

Rodrigo Urrego

Manizales (Colombia), 4 ene.- El rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza conquistó una nueva plaza en Colombia. El turno fue para Manizales, donde cortó tres orejas e inauguró, en esta temporada, la puerta grande de la ciudad caldense.

Por allí salió el rejoneador navarro tras una tarde donde elevó las emociones al máximo nivel. Porque sus faenas no solo son de explosiva emoción, sino que su toreo no deja de causar admiración.

Fueron dos capítulos muy distintos. El primero de su lote fue muy noble, pero no tuvo el suficiente recorrido. Todo lo contrario. Esperaba mucho y no se atrevía a perseguir a los caballos del rejoneador.

La compleja circunstancia fue resuelta a la perfección por Hermoso de Mendoza. Lo hizo con la fórmula de pisar terrenos comprometidos. Esos mismos que custodiaba el toro con sus pitones, pero que los caballos sabían burlar. En este cortó la primera oreja.

Pero en el quinto de la tarde hubo mayor conjunción. El toro tenía más casta, recorrido y codicia. Pablo Hermoso de Mendoza, primero, burló sus embestidas con quiebres perfectos.

En la segunda parte de la faena fue elevando los niveles de emoción, pues tras clavar dos banderillas en lo alto remató sus suertes con piruetas muy ajustadas.

Pero el punto más alto de la faena llegó, precisamente, en el final. Hermoso de Mendoza se amarró las riendas a su cintura y clavó a dos manos un par de banderillas cortas.

Por si fuera poco, le añadió el moño a la suerte tocando la testuz del toro con ambas manos, para luego levantar la mirada y comprobar el manicomio en el que se habían convertido los tendidos de la plaza.

Las dos orejas llegaron tras una ejecución del rejón de muerte que rayó la perfección. El torero y su caballo se fueron ajustando al toro, muy despacio, hasta encontrar el lugar donde el animal caería sin puntilla. Así pasó.

Casi que a manera de telonero debutó en Manizales el veterano portugués Antonio Ribeiro Telles. Causó admiración con una lidia clásica y sobria, pero en la que hubo, ante todo, toreo de mucha calidad.

El primero de la tarde tenía la clase necesaria para que el portugués provocara las embestidas del toro con los movimientos de su caballo. Cuadraba al ejemplar para clavar banderillas en lo que fue una auténtica clase de toreo a caballo.

El colombiano Willy Rodríguez no fue inferior al compromiso ya que le correspondió actuar después de los dos maestros europeos. Y aunque las diferencias fueron grandes, el torero nacional no solo puso voluntad sino que tuvo limpieza al ejecutar las suertes.

En su primero, el más bravo y encastado del encierro, abusó del toreo de perfil, pero luego se atrevió con el toreo de frente y dejó un par de suertes al quiebro que salieron templadas.

Cortó una oreja al tercero de la tarde y sus fallos con la espada le privaron de salir a hombros, como sí lo hizo Pablo Hermoso de Mendoza, tras conquistar en Colombia una nueva plaza, la monumental de Manizales.

Ficha

Manizales, 4 de enero de 2012

Corrida de rejones

Tercer festejo de la feria

Casi tres cuartos de plaza

Se lidiaron seis toros de Dosgutiérrez. Desiguales de presentación. Bravo y encastado el tercero, al que se le dio la vuelta al ruedo. Enrazado el quinto. El primero tuvo clase. El cuarto reservón. Segundo y sexto, sin codicia.

Antonio Ribeiro Telles, palmas y silencio

Pablo Hermoso de Mendoza, oreja y dos orejas

Willy Rodríguez, una oreja y dos avisos.

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