Hormigas rabiosas y kilos de harina en el carnaval rural más viejo de España

  • Hormigas rabiosas que están pasadas por vinagre, trapos completamente llenos de harina y personajes con señas de identidad propia -'pantallas', 'cigarróns' y 'peliqueiros'- componen el guión del carnaval rural más antiguo de España, el de Ourense, uno de los más diversos de los que se conservan en Europa.

Lorena Rodríguez de la Torre

Ourense, 20 feb.- Hormigas rabiosas que están pasadas por vinagre, trapos completamente llenos de harina y personajes con señas de identidad propia -'pantallas', 'cigarróns' y 'peliqueiros'- componen el guión del carnaval rural más antiguo de España, el de Ourense, uno de los más diversos de los que se conservan en Europa.

Las aldeas y municipios del rural gallego y, en especial de la provincia de Ourense, se preparan este fin de semana, si las condiciones meteorológicas lo permiten, para hacer sonar sus chocas, en la antesala del Entroido, una fiesta donde todo se da la vuelta e incluso las leyes ya no rigen como de costumbre, excepto las propias de esta celebración.

Aunque el 'Entroido' o 'Antroido', las dos acepciones con las que se conoce el carnaval gallego por antonomasia, ha empezado a celebrarse en algunas localidades como Xinzo -hace dos semanas- o en Santiago de Arriba (Chantada), la mayor parte entra a partir de este fin de semana de lleno en uno de los eventos "más castigadores" de la península.

Para entonces, los tres vértices del "triángulo mágico" que componen Xinzo, Verín y Laza, y con ellos numerosos municipios del interior, requieren visado para poder acercarse a esta zona, germen del Carnaval rural más ancestral de Galicia.

Un denominador común del carnaval gallego es que no se celebra ni se festeja: se corre.

Tampoco hay disfraces, uno se viste. Los únicos en ir uniformados son los personajes centrales del carnaval.

Pantallas, Peliqueiros, Cigarróns, Felos, Boteiros, con la ayuda de bastones, fustas, látigos y vejigas, corren, bailan, azuzan, fustigan, critican y, sobre todo, viven intensamente un festejo cuya esencia sobrevivió al franquismo y a las prohibiciones.

Un artesano de Verín, Álvaro Ferreira, que participa desde hace 40 años como Cigarrón, detalla a Efe "la laboriosa" confección del traje tradicional, ya que "se elabora totalmente a mano", expone.

El vestuario de Verín, similar al de Laza y Maceda, se compone de pantalones, con borlas blancas, las medias caladas, la chaquetilla que cubre, la faja, la pañoleta, y las chocas (cencerros), con la careta y la mitra.

Todo un trabajo artesanal que se caracteriza por su precio nada asequible para muchos bolsillos, "a partir de los 2.500 euros en el caso de una persona adulta", y por su peso, "entre los 15 y los 20 kilos".

En todo caso, el Entroido ourensano no se reduce únicamente al triángulo mágico.

En Maceda, los Felos, hermanos de los "Cigarróns" de Verín y de los "Peliqueiros" de Laza, puesto que pertenecen al mismo tronco histórico, recrean los ritos de las sociedades más tribales con sus "esgutíos" (una especie de aullido que realizan a su llegada) y sus bailes.

De aldea en aldea, imponen la tiranía de su bastón, uno de los elementos representativos de su vestimenta.

Algunos pueblos de Vilariño de Conso y Manzaneda y también de Pobra de Trives, celebran, por su parte, los 'foliones' y 'foliadas', consistentes en la lectura de sátiras e historias burlescas, al ritmo de la música, que reflejaban las luchas entre pueblos.

Un completo cartel para todos los visitantes que quieran conocer diferentes formas del Entroido ourensano, donde también se conjunta la gastronomía.

En el apartado culinario, la 'cachucha', la 'androlla' y el lacón cobran protagonismo junto a los postres tradicionales, como la bica blanca, las orejas de Carnaval, todo ello regado por licores autóctonos, como el 'xastré' y el licor café. EFE

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