Iván Fandiño corta la única oreja de una corrida decepcionante en Burgos

  • El diestro Iván Fandiño cortó hoy la única oreja del cuarto festejo de la feria de San Pedro y San Pablo de Burgos, en el que los deslucidos toros burgaleses de Antonio Bañuelos condicionaron tan escaso balance artístico.

José María Medrano

Burgos, 2 jul.- El diestro Iván Fandiño cortó hoy la única oreja del cuarto festejo de la feria de San Pedro y San Pablo de Burgos, en el que los deslucidos toros burgaleses de Antonio Bañuelos condicionaron tan escaso balance artístico.

FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Antonio Bañuelos, el quinto como sobrero al ser devuelto el segundo y correrse turno, nobles pero blandos y descastados. Pitados los arrastres de cuarto, quinto y sexto.

Manuel Jesús "El Cid": estocada que "hace guardia" y dos descabellos (silencio); y estocada (silencio).

Iván Fandiño: estocada (oreja); y tres pinchazos (silencio tras aviso).

Daniel Luque: pinchazo y estocada (silencio); y estocada y descabello (silencio tras aviso).

Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria de José Ramón Muriel, el que fuera presidente de la plaza de toros de Burgos durante 24 años, fallecido el pasado mes de noviembre a causa de una larga enfermedad.

En cuadrillas, Antonio Manuel Punta se desmonteró tras banderillear al tercero.

La plaza tuvo más de media entrada en tarde soleada y calurosa.

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DESESPERACIÓN GANADERA

Lo único que se le puede anotar al "Cid" de su paso por Burgos fue el saludo a la verónica a su primero, y una primera buena tanda de derechazos en la apertura de faena de muleta a este mismo animal.

Pues ni éste que abrió plaza, que se desfondó enseguida, ni el blando cuarto, que, para más "inri", acabaría orientándose, le brindaron a la de Salteras la más mínima oportunidad de triunfo.

Fandiño sacó partido del único toro con opciones del envío, el segundo, que tuvo un potable pitó izquierdo, lo que aprovechó el de Orduña para, tras un inicio por estatuarios, torearlo con mando y buen aire al natural. Un final por manoletinas y una gran estocada fueron el colofón a una faena premiada con una oreja.

En el quinto, en cambio, poco o nada que contar más que la disposición del vizcaíno, que hizo todo lo posible por agradar al respetable, sin embargo, el deslucido comportamiento del animal lo echó todo a perder.

Daniel Luque llevó a cabo un buen toreo de capote a su primero, con series de verónicas a medio compás de notable factura. El de Gerena inició su labor de muleta de rodillas, y luego, aunque lo intentó con ambas manos, apenas pudo pasar de los detalles por la escasa colaboración del astado.

Y algo parecido con el que cerró plaza, con el que anduvo voluntarioso, pero sin eco en los tendidos por lo poco que se prestó el toro.

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