Joaquín Camps da en la diana con su primera novela, un thriller "adictivo"

  • Ni en el más feliz de los sueños Joaquín Camps, catedrático en la Universidad de Valencia y economista, imaginó nunca lo que le ha ocurrido con su primera incursión en la literatura, y es que una editorial potente haya querido apostar por su novela, un "thriller""adictivo" que "huele" a superventas.

Carlos Mínguez

Madrid, 22 ene.- Ni en el más feliz de los sueños Joaquín Camps, catedrático en la Universidad de Valencia y economista, imaginó nunca lo que le ha ocurrido con su primera incursión en la literatura, y es que una editorial potente haya querido apostar por su novela, un "thriller""adictivo" que "huele" a superventas.

Así lo creen en Planeta, la editorial que ha puesto en las librerías "La última confidencia del escritor Hugo Mendoza", una novela coral y "frondosa", en palabras de su autor, y que ha encandilado ya a los pocos que, antes de su publicación, han tenido la fortuna de "devorar" sus casi 800 páginas.

Joaquín Camps no acaba de creerse lo vivido en estos últimos meses a propósito de su novela, y lo que vivirá en los próximos, un ambicioso plan de promoción que le llevará por toda España y por todo tipo de medios, como si de un escritor consagrado y millonario en ventas se tratara.

De lo vivido, Camps, que acaba de cumplir 43 años, recuerda en su primer cara a cara con la prensa cómo el pasado 25 de diciembre, en la sobremesa de la comida familiar de Navidad, comunicó por sorpresa a sus padres, hermanos, cuñados y sobrinos que había escrito una novela y que estaba ya en imprenta. "Todavía no se han repuesto", bromea.

Pero fue hace cuatro años, durante una espera en el aeropuerto de la ciudad italiana de Bérgamo, cuando "el núcleo central" de la historia se hizo un hueco en su mente.

"Dejé reposar la idea durante unos meses, transcurridos los cuales me puse a trabajar en su estructura y en los personajes", relata este buen lector, más de ensayo que de novela, que "nunca" antes había pensado en escribir ficción. "Soy organizado, pero no un friki", advierte con una sonrisa.

Solo cuando la historia estuvo bien estructurada, Camps se sentó ante el ordenador para escribir la historia de un atractivo profesor de literatura, Víctor Vega, que acepta la propuesta de la viuda del escritor Hugo Mendoza para que averigüe la identidad de quien todos los años, cada 3 de diciembre, día del aniversario de la muerte, le envía un texto manuscrito e inédito de su esposo fallecido.

Así arranca la trama de esta novela en la que "nada es porque sí", dice Camps, en la que todo y todos "tienen una razón de ser", una trama que va y viene, que da muchas vueltas, y en la que se refleja "con maestría", destacan los editores, "el alma humana".

Camps tardó dos años en escribir esta intriga de giros constantes, durante los que siguió dando clases en la universidad y de la que no informó a nadie, ni siquiera a su pareja. Páginas que fue guardando en una carpeta con un título muy significativo: "proyecto disfrutar".

Una historia muy cinematográfica, reconoce, en la que hay misterio, crímenes, amor, desamor... "Y mucha reflexión sobre nuestra sociedad y los problemas que nos abruman, como la mentira", dice Camps, que ha situado la acción en la ciudad que mejor conoce, Valencia, y en su costa, además de Madrid y, en menor medida, Londres y Barcelona.

"Es entretenimiento en vena", comenta Camps de la novela, que, una vez acabada, guardó en un cajón durante meses, temeroso de que le dijeran "no" en un hipotético ir y venir por las editoriales. "Hasta que alguien la leyó, le gustó y habló de ella a Planeta. Ha sido un regalo completo", afirma.

Entre Víctor Vega, protagonista de la ficción, y Camps existen coincidencias, más allá de dedicarse los dos a la enseñanza, aunque "en ningún caso -recalca el autor- es autobiográfica".

"Todos los personajes -continúa- tienen cosas de mí, de mi vida, de mis experiencias vitales. No podría ser de otra manera. Es imposible, entiendo, escribir una novela sin aparecer en ella de alguna forma".

Y concluye: "he hecho lo que me apetecía, escribir esta historia, sin pensar en publicarla". De ahí que viva estos días "en una nube". "Me parece increíble ver mi nombre en la portada o en los escaparates de las librerías", destaca.

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