Jorge Pardo confía en ser reconocido por la Academia de Jazz Francesa

  • Lara Olmo.

Lara Olmo.

Madrid, 10 ene.- Aunque huya de etiquetas y galones, su nominación al Mejor Músico de jazz europeo por la Academia de Jazz Francesa, para el que tiene grandes opciones, convierte a Jorge Pardo en abanderado de la corriente flamenco-jazz, y además supone un reconocimiento a la música que se hace "en la sombra".

De ser elegido el próximo día 15 en París, se convertirá en el primer español en recibir este galardón, el máximo que otorga la institución gala a un artista no francés y que él confía en conseguir.

"No me lo esperaba, pero dice bastante en favor de la Academia que de vez en cuando también mire por los rincones" de la producción musical, confesaba a Efe el flautista y saxofononista, que se autodefine "underground".

Pardo, que siempre ha trabajado "en la sombra", cree que en Francia "hay seriedad a la hora de resaltar cosas interesantes", al contrario que España, donde predomina "la cultura del triunfador" sobre la de la calidad y el fundamento.

Una crítica que no lanza al "genial" público español, dispuesto desde siempre a escuchar su "experimentos" sonoros, sino a los medios y la falta de interés por lo que no encaja en sus cánones.

El premio de la Academia de Jazz francesa, que carece de dotación económica, no es para Pardo mejor que otros nacionales que ha recibido, pero reconoce que le aportará solidez ante futuros proyectos.

Los "excepcionales" resultados que le está dando su último trabajo, "Huellas", para el que reunió a cincuenta artistas del flamenco, grandes nombres y desconocidos, puede ser uno de los motivos, apunta el artista, que estén detrás de la nominación.

"Me gusta pensar que también es un premio para el flamenco, y para toda una generación de músicos que están apostando por mezclarlo con toques de improvisación", sostiene.

Prefiere describir así su música que catalogarla bajo el común sello de "flamenco fusión" o flamenco-jazz.

"Entiendo que hay que llamar a las cosas por un nombre, pero denominarlo así resulta simplista. En la música que hago están presentes Jimi Hendrix, Lez Zeppelin, sonidos caribeños o árabes; el arte es fusión en sí mismo, es mestizo", remacha el músico.

Nombrado patrimonio inmaterial de la Humanidad, y con una Academia de las Artes y las Ciencias del flamenco de reciente creación, Pardo pertenece al gremio de los que creen que el género "tiene que actualizarse".

Algo a lo que, en su opinión, no ayuda el hermetismo de los conservatorios, "cárceles musicales que cierran sus puertas a los artistas de la calle" y sin estudios, pero que lo hacen muy bien, o la ausencia de cátedras especializadas. "A mi nieto tendrá que enseñarle un japonés a tocar flamenco", añade.

Un asunto que genera controversia, pero que es parte de la esencia del flamenco. "Está vivo, igual que el jazz; por eso me enamoró", concluye.

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