Vitoria, 7 ago.- Con la entrada más floja de lo que llevamos del abono de La Blanca, José Miguel Berbetoros "El Vitoriano" consiguió tocar pelo en el último toro de la tarde y así salvar el resultado artístico del festejo.
Se lidiaron seis toros de la ganadería gaditana de Joaquín Núñez del Cuvillo, parejos de presentación, en líneas generales mansos, justos de fuerzas, el mejor el sexto, el quinto se partió la mano izquierda en el inicio de la faena de muleta.
Diego Urdiales: un pinchazo y estocada tras aviso (silencio); y cuatro estocadas y cinco descabellos (silencio).
Iván Fandiño: un pinchazo y estocada caída (ovación); y tres pinchazos y tres descabellos (silencio).
José Miguel Berbetoros "El Vitoriano": un pinchazo y estocada caída (silencio); y estocada (oreja).
La plaza tuvo casi media entrada en tarde soleada. Iván Fandiño realizó el paseíllo desmonterado.
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"EL VITORIANO" FUE EL ÚNICO QUE TOCO PELO
José Miguel Berbetoros "El Vitoriano" llevaba casi tres años, desde que tomó la alternativa en la plaza de toros de Vitoria el 9 de agosto de 2008, sin torear ante el público de su tierra y sin vestirse el traje de luces en ningún festejo oficial del planeta de toro. Y, sorprendentemente, el actuante que menos había toreado en público en este tiempo fue el único que paseó un apéndice auricular en el tercer festejo de la feria.
"El Vitoriano" recibió voluntarioso al último burel de la tarde, al que lanceó por verónicas rematadas con una revolera. Tras un puyazo se adornó con la capa por navarras. Banderilleó con un buen segundo par al cuarteo para finalizar con uno al violín.
Tomó José Miguel al mejor animal de los hermanos que salieron de los corrales en la muleta por el pitón derecho tras brindar a sus paisanos. Le dio unos muletazos por bajo para sujetar al cuvillo y pronto empezó también a darle naturales.
El animal tomó los engaños de "El Vitoriano" con nobleza aunque le faltó temple al coletudo alavés para haberse acoplado mejor con el animal.
Mató de una buena estocada que hizo rodar rápido al morlaco. Ante el primero de su lote se le notó a José Miguel la falta de compromisos profesionales. Estuvo delante de un toro manso y brocó, que se rajó desde la primera serie de muletazos, con muchas precauciones. A este también le colocó rehiletes blancos y, pese a ponerle voluntad en la muleta, al errar con los aceros el respetable valoró su actuación con silencio.
El torero debutante de la tarde en Vitoria, Iván Fandiño, mostró su profesionalidad y por qué es el actuante más placeado de la terna. Su primer oponente un toro sin fijeza, manso y que no se empleaba en la embestida, tomó la buena muleta del coletudo de Orduña sobre todo por el pitón derecho. Lo llevó Fandiño con temple, muy torero toda la tarde. Tras un pinchazo y la estocada recogió en los medios una ovación provocada. La lidia al quinto fue inexistente, ya que, en el trasteo inicial de Fandiño con el cuvillo, el animal se partió la mano izquierda y quedó inútil para la lidia. Su desacierto con los aceros contribuyó a emborronar su segunda actuación.
Diego Urdiales, que abrió la tarde, se mostró inseguro durante todo el festejo. Su falta de ideas claras delante de la cara del toro llegaron al tendido que silencio por dos veces su actuación. Su primer toro, manso y broco, y el segundo, un precioso toro jabonero, que también manifestó su querencia de manso, tampoco ayudaron a que Urdiales obtuviera un mejor resultado.-
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