Kostova sorprende al saltar de Drácula al impresionismo en su segunda novela

  • Madrid.- Habría sido fácil rentabilizar el éxito de "La historiadora" con una nueva novela sobre Drácula y demás entes sobrenaturales, pero a Elizabeth Kostova no le interesa "repetir fórmulas", y por ello arriesga y sorprende con "El rapto del cisne", una obra sobre obsesiones con la pintura impresionista como fondo.

Kostova sorprende al saltar de Drácula al impresionismo en su segunda novela
Kostova sorprende al saltar de Drácula al impresionismo en su segunda novela

Madrid.- Habría sido fácil rentabilizar el éxito de "La historiadora" con una nueva novela sobre Drácula y demás entes sobrenaturales, pero a Elizabeth Kostova no le interesa "repetir fórmulas", y por ello arriesga y sorprende con "El rapto del cisne", una obra sobre obsesiones con la pintura impresionista como fondo.

"Me interesa aprender sobre mí misma con cada libro. Fue una sorpresa verme escribiendo sobre vampiros porque no soy una escritora 'sobrenatural'. Lo que más me interesa es la historia: me interesó la historia real de Drácula, y ahora he tenido la maravillosa oportunidad de explorar la historia del arte en un periodo determinado", explica en una entrevista con EFE.

Para escribir "La historiadora", que arrasó desde el primer día de su publicación, Kostova necesitó una década. Con su segundo libro ha tardado la mitad, sólo un lustro, un más que generoso "plazo límite" que ha ayudado a que la autora no sintiera ninguna presión tras el éxito internacional de su debut.

¿Y qué es lo que ha escrito Kostova durante estos años? En "El rapto del cisne" (Umbriel), el psiquiatra Andrew Marlow deberá desvelar qué misterio se esconde tras el silencio obstinado de un nuevo paciente, el pintor Robert Oliver, en tratamiento desde que trató de atacar una pintura en la Galería Nacional de Arte de Washington. Sólo pronunció una frase: "Lo hice por ella".

La autora rinde, en este libro, un homenaje al movimiento impresionista, por el que siente devoción. Es una forma de animar al lector a redescubrir en persona la técnica, en su día revolucionaria, con la que fueron pintados esos lienzos de los que hoy el público "está saturado" a causa de su uso -y abuso- en todo tipo de mercadotecnia: paraguas, cuadernos, bolsos...

"Cuando los ves en persona percibes lo radical y revolucionarias que son esas pinturas", explica la escritora, que confía en que sus lectores se animen a acercarse a los museos, tal y como hizo ella constantemente durante buena parte del proceso de escritura.

De hecho, la cadencia suave del relato en "El rapto del cisne" recuerda la serenidad de algunos de los paisajes impresionistas, en contraposición con "La historiadora", que por seguir con la metáfora sería fácilmente asimilable a un cuadro bélico.

Y esto es lo que pretendía Kostova. "Quería que el libro tuviera cierta profundidad, calma e intimidad, permitir al lector asomarse íntimamente al mundo de los personajes, así que es un libro muy privado. Quería transmitir la sensación de estar realmente dentro de la vida de otras personas. En este libro lo fundamental es la atmósfera, más que la acción o el misterio", refiere.

La novela también delata la pasión de su autora por la pintura, su "hambre por la interpretación visual del mundo".

"Podría estar horas delante de un buen cuadro. Siempre he sentido celos de los pintores, de la forma en que trabajan directamente con el color y las formas. Encuentro muy excitante esa capacidad de interpretar la realidad visualmente sin la interrupción de las palabras", confiesa Kostova, quien hizo sus pinitos con los lienzos durante su adolescencia, aunque finalmente no era lo suyo.

Volviendo a la literatura, Kostova no cree que peligre el auge de las novelas históricas, pues -dice entre risas- "llevamos 200 años leyéndolas".

"Espero que a los lectores siempre les interese la historia", dice la escritora, aunque considera que hay que diferenciar esta visión con perspectiva del "mercado popular", en el que el gusto del público cambia rápido y cada pocos años se imponen nuevas tendencias, como ocurre con la moda.

Elizabeth Kostova ya está trabajando -desde el año pasado- en su tercera novela, de nuevo una trama histórica que envuelve "una gran aventura".

El libro está "en fase de investigación", una etapa que Kostova encuentra "muy adictiva", como atestigua el intenso trabajo que desarrolló con sus dos obras anteriores.

Además, se muestra satisfecha con la buena marcha del proyecto para llevar al cine "La historiadora", de la que Sony adquirió los derechos y para la que ya hay guión.

Lorena Cantó

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