La banda sonora de la crisis

  • Manuel Carretero.

Manuel Carretero.

Madrid, 4 nov.- "Ratonera", de Amaral; "Mienten", de El Chojin, "El día de la ira", de Isabel Serrano, o "Crisis", de Sabina, forman ya parte de la banda sonora de unos tiempos nuevos para la canción política y de la que los partidos deberían tomar nota para combatir la "desafección" que cunde entre los ciudadanos.

Son algunas de las conclusiones del II Encuentro Sobre Canciones Políticas, centrado en el pop-rock, que el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales (CEPC)celebra hoy el madrileño Palacio de Godoy, y que ha sido inaugurado por el secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle.

La canción política en España vivió sus mejores momentos en la Transición y después se sumergió en "un estado de complacencia con el logro de una España democrática", apunta Israel Pastor, coordinador de los encuentros y gerente del CEPC, además de historiador del rock por la Universidad de Rochester (Nueva York).

Para Lassalle también resulta "sorprendente" que en estos momentos "no haya más canción política", lo que tendrá su razón, según ha explicado a Efe, en que esta tendencia "se desenvuelve hoy día en entornos muy marginales, y no tiene una fuerza como la que pudo tener en la Transición, donde la música que tenía que ver con la política era antesala del propio debate".

No obstante, para la filóloga Ana María Iglesias Botrán, que ha hablado hoy sobre la "La transmisión ideológica a través de la canción", el pop-rock nacional se ha reconectando a la "respuesta social de la gente preocupada" por la crisis política y económica.

Y cita músicos como Nacho Vega y canciones como "Ratonera", de Amaral; "Mienten", de El Chojin, "El día de la ira", de Isabel Serrano, o "Crisis", de Joaquín Sabina, que se unen por la actitud de crear "un nuevo discurso", distinto al que desprenden las canciones de la Transición, que tienen "cierto olor a rancio", ha explicado.

El hecho de que Podemos eligiese el clásico antifranquista "L'Estaca", de Lluís Llach, como cierre de su Asamblea Ciudadana no hace sino confirmar que la formación que lidera Pablo Iglesias "es una excepción en todos los sentidos, por ejemplo no hablan de clase, sino de casta, que es peor todavía, con connotaciones más negativas", apunta esta profesora del departamento de Filología Francesa de la Universidad de Valladolid.

Lassalle, que se ha confesado más seguidor del jazz que del rock, ha explicado a Efe que la banda sonora que iría bien a España actual sería la de la película "Cabaret".

El secretario de Estado explica que la música de esta película acompaña "un momento político que se parece mucho al que vivimos ahora, ante la irrupción de una aparente ingenuidad salvífica, que no oculta nada más que intenciones de sobra conocidas y que son la denuncia de quienes han defendido la libertad a lo largo de la historia".

Pastor, que ha disertado sobre "Comunicación política y rock" y cómo los políticos estadounidense aprovechan la música para sus campañas políticas, ha reconocido que en España "hay que medir mucho el riesgo" a la hora de "identificar a un artista con un grupo político", aunque la izquierda "tiene generalmente más donde elegir".

Pero los tiempos están cambiando y, a juicio de este experto, "conocer bien la música debería estar entre las prioridades del político perfecto", y en concreto el pop-rock, género que escucha habitualmente el 84 por ciento de la población.

"La música puede hacer algo relevante por este país, como reducir la desafección de la población ante la política", ha concluido Pastor.

Este encuentro entre periodistas, escritores y músicos, celebrado ante los históricos tapices del Palacio de Godoy, un edificio del siglo XVIII y sede del CEPC, resulta "tremendamente saludable, porque permite sumarse a la reflexión política, que es en estos momentos lo que más necesita probablemente la sociedad española", ha concluido Lassalle.

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