La batalla del vino de Haro regresa a su escenario tradicional de los riscos

  • El Ayuntamiento riojano de Haro repartirá casi 3.000 litros de vino, a los que se unirán varios miles más aportados por los propios "guerreros" y que se utilizarán como munición en la "Batalla del vino", que el próximo día 29 regresará a su escenario habitual: los riscos de Bilibio.

Logroño, 24 jun.- El Ayuntamiento riojano de Haro repartirá casi 3.000 litros de vino, a los que se unirán varios miles más aportados por los propios "guerreros" y que se utilizarán como munición en la "Batalla del vino", que el próximo día 29 regresará a su escenario habitual: los riscos de Bilibio.

Así lo ha explicado hoy a Efe el concejal de Festejos de Haro, José Luis González, quien espera una gran afluencia de personas en esta singular batalla, en la que el año pasado se arrojaron unos 130.000 litros de vino y asistieron unos 9.000 romeros, con lo que se superaron todos los pronósticos sobre el número de participantes.

Esta peculiar batalla, declarada de Interés Turístico Nacional, se celebra cada 29 de junio, festividad de San Pedro, en los riscos de Bilibio, donde se encuentra la ermita de San Felices, patrón de Haro.

Una roca que ocasionaba "cierto peligro" de desprendimientos impidió el año pasado que se disputase en su enclave tradicional, por lo que se tuvo que celebrar en una de las campas de acceso a los riscos, ha recordado González.

Al coincidir este año en domingo la celebración de esta fiesta, el Ayuntamiento espera una gran afluencia de público.

Para mantener esta tradición, el Ayuntamiento aporta de forma simbólica una cántara de vino a cada peña y cuadrilla, que hacen un total de 180 cántaras, pero que después se incrementa con lo que lleva cada grupo por su cuenta.

Esta actividad conmemora una vieja costumbre, en la que las autoridades y los miembros de la Cofradía de San Felices colocan el pendón de la ciudad de Haro para dejar claro que los estratégicos riscos de Bilibio pertenecen a los jarreros.

La tradición se remonta a los pleitos entre los vecinos de Haro y los de la vecina ciudad burgalesa de Miranda de Ebro por la posesión de los riscos, cuya propiedad, según una sentencia del Reino de Castilla de 1290, tiene que reivindicar Haro cada 29 de junio, festividad de San Pedro, ya que, de no hacerlo, pasaría a posesión del municipio mirandés.

A finales de la década de los años cuarenta del siglo XX, los romeros que acudían a cumplir con el rito iniciaron, como diversión, los primeros escarceos de tirarse vino, para terminar en toda una "batalla", en la que se utilizan sulfatadoras, pistolas de agua, calderos y todo utensilio que sirva para lanzar vino. EFE.

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