La boda real de Luxemburgo se vistió de colores neutros

  • Los colores neutros han sido los grandes triunfadores entre las invitadas a la boda real del príncipe heredero del Gran Ducado de Luxemburgo con Stéphanie de Lannoy, sobre todo entre las nuevas generaciones de la realeza, mientras que las señoras más maduras optaron por la gama de morados.

Beatriz Rodríguez

Redacción Cultura, 22 oct.- Los colores neutros han sido los grandes triunfadores entre las invitadas a la boda real del príncipe heredero del Gran Ducado de Luxemburgo con Stéphanie de Lannoy, sobre todo entre las nuevas generaciones de la realeza, mientras que las señoras más maduras optaron por la gama de morados.

Los tonos pastel de los estilismos de Carolina de Mónaco, Victoria de Suecia o la princesa Letizia, así como la paleta de los colores tierra y mostaza de Matilde de Bélgica o Máxima de Holanda, -que deslumbró con un espectacular tocado de plumas de faisán-, fueron la tónica dominante entre las asistentes más jóvenes.

También Marie-Chantal Miller o Marta Luisa de Noruega se decantaron por los tonos grises, mientras que la nota de color la dibujaron Mary de Dinamarca con un traje burdeos, en tendencia, diseño lápiz de inspiración años cincuenta o la princesa Lalla Salma de Marruecos, con un caftán morado bordado con hilos de plata.

La reina Silvia de Suecia vistió un traje morado a juego con un tocado de flores discreto y un broche floral de brillantes con una gran perla, un pantone que en sus diferentes variedades cromáticas también vistieron las reinas Beatriz de Holanda, con un traje de tela brocada color lila, y Margarita de Dinamarca.

El más llamativo de todo el estilismo real fue el tono coral escogido por la gran duquesa María Teresa de Luxemburgo, con un diseño de Edouard Vermeulen para la casa Natan, con cuello echarpe y un gran broche.

Un color que no le robó el protagonismo en la foto de familia a la novia, que deslumbró con un vestido clásico de color champán del diseñador Elie Saab, uno de los modistos favoritos de las invitadas, que acompañó con un velo de cinco metros de seda tul y una tiara de 260 brillantes perteneciente a la familia de la novia, y que es obra de la firma Althenloh de Bruselas.

Uno de los vestidos más comentados por la prensa española ha sido el de la princesa Letizia, que lució un conjunto de guipur de color nude con relieves de motivos florales y una pamela en parasisol con adornos en organza de seda y flor en plumas, y detalles teñidos al tono de la firma de alta costura vallisoletana Pablo y Mayaya.

Carolina de Mónaco fue fiel a Chanel con largo a la rodilla en color tostado y filigranas de pedrería, y se tocó con un casquete de inspiración años veinte y un discreto tul sobre un moño trenzado.

Victoria de Suecia también se inclinó por los colores neutros, con un vestido champán con un abrigo gris, que aderezó con un tocado floral con redecilla.

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