La cantaora Argentina será "embajadora" de España en el país que le da nombre

  • Concha Barrigós.

Concha Barrigós.

Madrid, 10 ago.- Desde que la cantaora española Argentina (1985) sacó su segundo disco no paran de pasarle cosas buenas, como ser este domingo la que clausure el ciclo de flamenco de los Veranos de la Villa de Madrid y, lo que ya es "la bomba", ser la artista que represente a España en el IV Congreso Iberoamericano de Cultura.

"Estoy muy emocionada. Siempre había soñado con algo así pero hasta que no esté allí no me lo creeré", confiesa en una entrevista con Efe.

"Allí" es la nación de la que ella lleva el nombre -y que debe al capricho de su abuela-, en la que debutará, en un escenario al aire libre de Mar del Plata, el día 15 de septiembre en el denominado Concierto de Mujeres Iberoamericanas, junto a artistas como las argentinas Teresa Parodi o Liliana Felipe.

Le ha costado "tela" abrirse camino desde que debutara con 12 años, pero lejos de ufanarse de lo logrado, encamina todos sus esfuerzos a lidiar con "la responsabilidad de no defraudar al público", al que se entrega, "cada vez", con la pasión que pondrá este domingo en los Jardines de Sabatini de Madrid.

En ese entorno tomará el relevo nada menos que de El Cabrero y Mayte Martín, "una monstrua" que esta noche le ha prometido que le cantará unos tientos, y dedicará cerca de dos horas al "arte puro", es decir, flamenco tradicional, del espectáculo que sólo se había visto, el pasado mes de abril, en Málaga.

"Un viaje por el cante" es un trayecto por "veintitantos" palos, de la malagueña a la seguiriya, de la soleá a la caña, del polo a la petenera, del fandango de Huelva a los cantes de Levante o el garrotín.

"Es un espectáculo para el que es aficionado de verdad. Hay palos que no había cantado nunca, como la malagueña de Chacón, que me ha costado meses aprendérmela".

El flamenco tradicional, dice, "cuesta" cantarlo pero también escucharlo, "pero cuando llega, llega y ya no te puedes salir de él. Yo antes no entendía la soleá y ahora me encanta. Aprendes de dónde viene el dolor", desvela.

Esos matices que invaden los oídos y luego el alma para engancharla "para siempre" son esenciales para cantar flamenco pero también, reconoce, la técnica, dominar los recursos que "te hacen salir de cualquier apuro o explorar más allá de lo que ya conoces".

"Hay un fandango en el que si respiras lo estropeas y si te paras en el final de la granaína no hay el efecto que tiene que haber", detalla.

Su vida es superar "retos", como el de empeñarse en correr en Nueva York el año pasado los 6 kilómetros de la carrera previa a la maratón que se celebra en esa ciudad.

"Llegué toda 'fatigá' pero llegué", recuerda riéndose y deseando revivir la experiencia, "pero más preparada".

"En la vida todo es estudiar y aplicarse, así es la única forma de conseguir las cosas, aunque cueste mucho", sentencia.

Su ambición es que "escuchen" lo mucho que ha aprendido hasta ahora y esa voz en la que muchos críticos ven una gran semejanza con Carmen Linares.

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