La exposición "Contra Tàpies" evoca un Tàpies diferente al cliché establecido

Barcelona, 28 feb.- La Fundación Tàpies rompe el cliché que se tiene sobre el artista en la exposición "Contra Tàpies", que busca, además, un diálogo de la obra del que fuera fundador del movimiento de vanguardia Dau al Set con artistas contemporáneos.

La directora de la Fundación y una de las comisarias de la muestra, Laurence Rassel, ha explicado hoy que la exposición "es 'contra' Tàpies en el sentido de destruir cierta construcción estereotipada de una identidad estilística que recorre la obra tapiana y que le ha dado una linealidad puramente formal".

Hasta ahora se había establecido como canónico una sucesión de etapas en la historiografía de Tàpies: el inicio con los autorretratos, el magicismo de los años 40, la materia informalista de los 50, la figuración expresionista de los 60, la pintura política de los 70 y el objetualismo de la década de los 80, antes de llegar a la apoteosis sin etiquetas de años posteriores.

Sin embargo, observa Rassel, "se observan en la obra de Tàpies numerosas brechas argumentales, obras que parecen haber sido realizadas por otros artistas, como si el propio pintor hubiese necesitado huir de su propia personalidad plástica para travestirse con los ropajes y la voz de los más diversos creadores".

Un ejemplo claro de este 'travestismo' artístico se encuentra en la gran sala del museo: "Admiración-interrogación IV" (1969), obra que construye el símbolo comunista de la hoz y el martillo a partir de signos de puntuación, que bien podría ser de Brossa y que aquí se confronta con la escultura "Exclamation point" (1980) de Richard Artschwager.

Aunque parezca paradójico, dentro del despliegue productivo de Tàpies también hay las antípodas a Tàpies, "lienzos que reproducen a los muralistas mexicanos, que recrean un tipo de futurismo epigonal, pinturas que remiten al arte pop o a la ilustración postmoderna", apunta el comisario Valentín Roma.

Para Roma, David Hockney, Diego Rivera, Raymond Petitbon o Giacomo Balla son sólo algunos de los "heterónimos" adoptados por Tàpies, quien con este impulso de desdoblamiento artístico "parece gastarle una broma pesada a la historiografía haciendo él mismo un chiste sobre eso que se denomina coherencia estilística".

En esa misma sala, ilustran la irreverencia de clase un retrato académico de un antepasado al que coloca una calcetín y unas grafías, una profanación e inmolación de la identidad de clase que se puede deducir del retablo del vividor de David Hockney, así como en los trabajos de Bruce Nauman y David Wojnarowicz.

Otra de las líneas de trabajo de la Fundación ha propiciado la participación de seis artistas para que interpelen diversos aspectos de la biografía y la práctica de Tàpies en sus respectivos proyectos.

Algunos exhortan a Tàpies de manera explícita, mientras que otros aluden de modo subrepticio.

Uno de ellos, Luis Guerra propone en "Endlessly Shapeless" una suerte de descendimiento a los infiernos dantesco en el que, guiado por Tàpies/Virgilio va visitando dibujos que aluden a Pasolini, Ezra Pound, Malevitch, las Pussy Riot, Jodorovsky o Picasso.

En la planta inferior, se exhibe el Tàpies más íntimo, en su mayoría obras que se encuentran en manos de la familia del artista, como un "Retrato de María Josefa Tàpies" a la manera de Togores, un sorprendente "Retrato del Führer del Tercer Reich" (1950), "Triángulo y cinturón" (1994) o dos dibujos preparatorios para la escultura "Homenaje a Picasso" (1981) de Barcelona.

El recorrido expositivo concluye con una mesa en la que se reúne una selección inédita de correspondencia de Tàpies con filósofos, cineastas, escritores y artistas como Heidegger, Bertrand Russell, André Malraux, Lee Miller, Wifredo Lam, Duchamp o Jim Jarmush, que "evocan cierta parte de su biografía insuficientemente atendida por apologistas y detractores", ha dicho Roma.

Todos esos documentos se pueden consultar en Internet en la página web www.fundaciotapies.org/blogs/contratapies/carta.