Madrid.- El autor, actor y director Adolfo Marsillach (1928-2002) dejó un legado "escalofriante" de documentos profesionales, más de 15.000 fotografías, cartas, dibujos y textos que desde ahora, y gracias a la generosidad de su viuda, Mercedes Lezcano, son del Museo Nacional del Teatro, en Almagro.
Al acto oficial de la donación han asistido esta mañana en la sede del Centro Dramático Nacional (CDN), el Teatro María Guerrero, la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, el director general del INAEM, Felix Palomero, el director del Museo, Andrés Peláez, Lezcano, y Blanca Marsillach.
"Más importante que lo que he hecho es lo que me he negado a hacer", ha recordado la ministra que decía Marsillach, "rotundo" en su ética y sin "una sola rendija para el cinismo", generador de un legado "extraordinario" en el que fue "Hamlet, Sade o Góngora" y defendía aquello de "cuando flautas, pitos; cuando pitos, flautas".
"Este es un día feliz en el que honramos su memoria. Digan lo que digan los mercaderes, es en los (hombres) ejemplares donde está la semilla del optimismo", ha subrayado González-Sinde, que ha anunciado que su obra "Extraño anuncio" volverá en la temporada 2011/2012 al CDN, donde se estrenó en 2003.
"Desprenderte físicamente de una parte de tu vida siempre conlleva una herida", ha confesado Lezcano, que ha destacado que la donación se hace "desde la responsabilidad y el entusiasmo" y con la aquiescencia de las hijas, Blanca y Cristina, y de sus albaceas.
Marsillach, ha añadido su viuda, era "una persona muy especial, "apasionadísimo", "independiente, libre, honesto, tierno, brillante, con un extraordinario sentido del humor" y de "izquierdas", aunque, ha recordado Lezcano, le decepcionó su experiencia en la política, cuando "los socialistas" le nombraron director del INAEM.
"Estuvo un año y ocho meses y dimitió porque no pudo hacer nada de lo que quería: ni la Ley del Teatro ni lograr el consenso de todos los sectores (...). Cuánto le dolió la falta de comprensión y apoyo del sector", ha recordado Lezcano, que ha asegurado que en su vocación de "definirse" y "significarse" lo que más le divirtió siempre fue "salir al escenario".
Blanca Marsillach se ha mostrado "especialmente feliz" porque el acto han acudido "tantos amigos de papá", entre ellos su madre, Teresa del Río, "que estuvo con él cuando él no era nadie"; las actrices Berta Riaza, "su niña" junto a Amparo Rivelles, y Charo Soriano, la que más trabajó -15 obras- con el fallecido, o el director del Teatro de la Zarzuela, Luis Olmos.
En nombre de su hermana, que no ha podido asistir, Blanca Marsillach ha subrayado que ellas que sólo tienen "hijos de cuatro patas" han querido que sus bienes "profesionales" quedaran "a salvo".
El director del Museo ha explicado a Efe que la idea del legado surgió porque Lezcano no tiene herederos para estos documentos -las hijas de Marsillach se quedaron con los bienes más personales- y quería garantizar su custodia y ponerlos al servicio de los investigadores.
Se está preparando para el año que viene una exposición con una selección de los más de 15.000 documentos, "desempolvados", ordenados y clasificados por personal del Museo, que se inaugurará en el Festival de Almagro de 2011 y que viajará desde allí a Madrid y a Barcelona.
Marsillach, ha subrayado Peláez durante el acto, "ha sido una persona clave en los últimos 50 años del siglo pasado" y guardó memoria de cada una de las cosas que hizo y conservó todas las cartas, incluso las que "le amenazaban de muerte", por eso, ha dicho, es "tan impactante" el legado.
"No podremos agradecerle lo bastante a Mercedes y a sus hijas esta donación. No hay un museo en toda la Península Ibérica que sea más de todos que el Nacional de Teatro", ha agregado.
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