La frontera de la fidelidad contemporánea centra "El sexo de los ángeles"

  • El realizador Xavier Villaverde reflexiona sobre la autenticidad de un amor a tres bandas en "El sexo de los ángeles", película con la que ha ganado los premios a mejor fotografía y mejor actor secundario en el Festival de Málaga y que ha presentado en Madrid un día antes de su estreno en cines.

Madrid, 3 may.- El realizador Xavier Villaverde reflexiona sobre la autenticidad de un amor a tres bandas en "El sexo de los ángeles", película con la que ha ganado los premios a mejor fotografía y mejor actor secundario en el Festival de Málaga y que ha presentado en Madrid un día antes de su estreno en cines.

Protagonizada por Astrid Bergès-Frisbey, Álvaro Cervantes y Llorenç González, "El sexo de los ángeles" mezcla "amistad, amor, sexo y deseo" en un mundo en el que "las parejas han cambiado y se han abierto", según Villaverde, para quien este supone su cuarto largometraje tras títulos como "13 campanadas" o "Finisterre".

Considerando que la palabra "promiscuidad" tiene "una connotación muy negativa", ha explicado el director, "El sexo de los ángeles" profundiza en el trío como posibilidad real, algo que han hecho recientemente otras cintas como "Three", de Tom Tykwer, o "Castillos de cartón", de Salvador García Ruiz.

"Amar a dos personas nos hace sentir culpables, pero puede ser lo más natural", ha asegurado Valverde, citando el ejemplo de los monos bonobos, cuya manera de relacionarse es "mantener relaciones sexuales indiscriminadamente".

En "El sexo de los ángeles", los protagonistas son Carla y Bruno, una pareja "enganchada a la idea de relación con la que empezaron, porque nunca se han enfrentado a ningún problema", ha explicado la actriz Astrid Bergès-Frisbey.

Pero el problema no tarda en aparecer y se llama Rai (interpretado por Álvaro Cervantes, premiado en Málaga), quien provocará reacciones de deseo en ambos, con la consiguiente desestabilización en sus miembros. "Es alguien que llega y hace que esa pareja se transforme sexual y emocionalmente", ha resumido Valverde.

"No está contando que todos seamos bisexuales. Cuenta que cada pareja no puede quedarse pasiva ante los cambios que surgen entre ellos", ha añadido Bergès-Frisbey, que ha considerado que "la pureza es ser lo más honesto que puedas contigo mismo".

Según Cervantes, cuyo personaje es capaz de generar y de sentir deseo en ambos sexos, el planteamiento del filme anima a "no plantearse el futuro, porque si no lo haces no arrancas y hay que arriesgarse para vivir el presente".

Y el tercer vértice de este triángulo equilátero, Llorenç González, ha afirmado que lo importante no es "cuándo los personajes se dan cuenta de los cambios en sus deseos, sino el hecho de que se den cuenta", refiriéndose a su personaje, Bruno, al que considera "lleno de fragilidad y vulnerabilidad" a pesar de un cuerpo trabajado en sus estudios de Educación Física.

Pero a pesar de la inestabilidad y el desconcierto, Villaverde tenía que claro que quería dar a su película un tono jovial, que "hiciera a la gente salir del cine prácticamente bailando", porque "considero que quien arriesga merece recibir un premio", ha concluido.

Mostrar comentarios