La Fura dels Baus debuta mañana en Sídney con su primera adaptación de Verdi

  • La Casa de la Ópera de Sídney acoge mañana el estreno mundial de la nueva creación de La Fura dels Baus: una adaptación política y comprometida de la obra de Verdi "Un ballo in maschera", con personajes inspirados en los "indignados", y que se representará también en América y Europa.

Rocío Otoya

Sídney (Australia), 15 ene.- La Casa de la Ópera de Sídney acoge mañana el estreno mundial de la nueva creación de La Fura dels Baus: una adaptación política y comprometida de la obra de Verdi "Un ballo in maschera", con personajes inspirados en los "indignados", y que se representará también en América y Europa.

Dirigida por el español Álex Ollé, con la colaboración de la argentina Valentina Carrasco, esta adaptación de La Fura dels Baus, considerada como una de las compañías más innovadoras del mundo operístico, cuenta con el tenor mexicano Diego Torre y el barítono australiano de origen argentino José Carbó en los papeles principales.

La versión de Ollé de un "Un ballo in maschera" (Un baile de máscaras) mantiene la historia del asesinato del rey Gustavo III de Suecia (Torre), así como el triángulo amoroso entre el monarca, su mejor amigo y secretario, el conde Anckarström (Carbo), y la esposa de este, Amelia (la soprano georgiana Tamar Iveri).

Pero con la innovación de que se trata de "una visión más actual y más política" de la obra, que introduce personajes como son "los indignados" para plasmar un ambiente de protesta y "la idea de los antisistema" que contrasta con la figura de "un gran dictador", dijo Ollé en una entrevista con Efe.

La puesta en escena, que es la primera que hace Ollé de una ópera de Verdi, se inspira también en la novela "1984" de George Orwell y persigue dar una visión "un poco futurista de lo que podría llegar a pasar en el caso de que las cosas no cambien", explicó el director de La Fura durante un descanso de los ensayos llevados a cabo en la emblemática Casa de la Ópera a un ritmo frenético.

En la escenificación, los personajes de Ollé portan en la cabeza una especie de casco y visten trajes típicos de ejecutivos que se diferencian solamente por los números que les han colocado.

Acompañados por la música de la orquesta dirigida por el italiano Andrea Molino, los personajes cantan y se desplazan en un escenario opresivo y gris con paredes grises como las de un búnker.

Solamente en la calle los "indignados" no portan máscaras, pero el mensaje es desalentador porque en las paredes aparece de vez en cuando escrito en tinta roja: "No future" (No hay futuro), mientras por momentos desciende o aparece en el fondo una inmensa máscara niquelada como un símbolo de la alienación y de la mentira.

El montaje de Ollé intenta reflexionar sobre la convulsa situación actual y alerta sobre un futuro que puede derivar en nuevas formas de totalitarismo escondidas detrás de la máscara de la apariencia democrática.

Con esta puesta en escena, Ollé dice que busca "recuperar el valor político" que el compositor italiano quería darle en un inicio a su obra "Un ballo in maschera".

Debido a la censura de la época, la obra quedó "un poco descafeinada", y se redujo con el tiempo a una "historia de amor a tres bandas", comentó Ollé.

La obra de Giuseppe Verdi (1813-1901) pasó por diversas censuras en momentos en que su país vivía "el resurgimiento, la unificación de Italia, las dictadura monárquicas en Nápoles y la presencia de las fuerzas austrohúngaras", recordó el director escénico.

En paralelo al fuerte contenido político, la versión de La Fura aborda la dimensión humana que le da Verdi al rey Gustavo, quien en la "soledad del poder" se siente frustrado por no poder consumar el amor que siente por Amelia, la esposa de su mejor amigo, explicó a Efe la colaboradora de Ollé, Valentina Carrasco.

"Todos somos humanos" y Gustavo, a pesar de sus "devaneos de grandeza", no deja de serlo, acotó Carrasco al explicar que este personaje como todos los que caracterizó Verdi es contradictorio.

En su época, Verdi tenía una popularidad "impresionante" porque sabía "hablar a la gente como pocos compositores", "mostrar las contradicciones humanas de forma muy llana" y en esa habilidad radica su "contemporaneidad", agregó Carrasco.

Esta obra ha podido salir adelante porque es una coproducción de La Fura, la Casa de la Ópera de Sídney, el Teatro Real de La Monnaie de Bruselas, la Ópera de Oslo y Teatro Colón de Buenos Aires.

"Un ballo in maschera", con los diseños de Alfons Flores y Lluc Castells y la elaboración de la máscara niquelada del artista venezolano Sergio Fernández, se arranca en Australia, donde permanecerá en cartel hasta el 12 de febrero.

La obra se estrenará en diciembre próximo en Argentina y después irá a Bélgica y al resto de países de Europa.

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