La guitarra de Stern y el saxo de Evans reviven a Miles Davis en Córdoba

  • Han tenido que pasar 30 años, pero el Festival de la Guitarra de Córdoba ha reunido en un mismo escenario a dos músicos fogueados bajo la sombra de Miles Davis, el guitarrista Mike Stern y el saxofonista Bill Evans.

Córdoba, 4 jul.- Han tenido que pasar 30 años, pero el Festival de la Guitarra de Córdoba ha reunido en un mismo escenario a dos músicos fogueados bajo la sombra de Miles Davis, el guitarrista Mike Stern y el saxofonista Bill Evans.

Stern y Evans tocaron junto a Miles Davis en 1981, y en el caso del saxofonista, hasta 1984, por lo que la reunión de esta noche en Córdoba puede ser tomada como histórica, porque en España, esta dupla sólo tiene otra fecha confirmada.

Ha sido en el Gran Teatro de Córdoba, en el marco de la trigésimo cuarta edición del Festival de la Guitarra, cuando Stern y Evans han juntado sus correspondientes talentos, acompañados por Tom Kennedy (bajo eléctrico) y Dennis Chambers (batería).

Ha sido ante cerca de 700 personas, que han asistido atónitos al arsenal de recursos de estas dos grandes figuras del jazz.

Siendo como es el de Córdoba el Festival de la Guitarra, la inclusión de Stern en esta cita cobró un sentido aún mayor, porque ya había venido en anteriores ocasiones y, sobretodo, después de que el pasado lunes lo hiciera Pat Metheny, quien fuera su maestro en Berklee.

Stern ha protagonizado algunas de las mejores escenas de la noche gracias al poderoso sonido de su guitarra, que unas veces se ha mostrado agresiva, y otras templada, pero nunca vacilante ante un repertorio que, si bien era jazzístico, el artista ha acabado moldeando a su antojo con importantes solos que remitían al rock, el blues, e incluso el metal.

Su aura de rockero, su sonrisa perenne, no le han abandonado incluso cuando tarareaba sus punteos de guitarra, o cuando asistía a los solos de sus compañeros de escenario.

En sus diálogos con Evans, éste último ha tomado la alternativa con la placidez que le caracteriza, puesto que, si por algo destaca el saxofonista, es por la dualidad con la que dota a su sonido, que suele arrancar desde la mesura y acabar en el éxtasis absoluto.

Evans, pañuelo en la cabeza, se ha mostrado robusto y agresivo al saxo tenor, y delicado e intimista con el soprano, pero siempre manteniendo una clara capacidad de hipnotismo. También con sus devaneos con el piano, instrumento con el que se inició.

El saxofonista comenzó su carrera bajo el ala de Miles Davis, con quien estuvo cinco años, y en ciertos pasajes, sobretodo en los primeros veinte minutos, ha acabado invocando al maestro y a Coltrane, experimentado más libremente con la técnica y la tonalidad.

También han estado técnicamente excelentes Kennedy, marcando el ritmo con su bajo martilleante, y Chambers, un batería polirítmico, capaz de redobles imposibles.

El resultado ha sido un concierto de una calidad muy alta, saludado por el público del festival, que de momento está respondiendo muy bien a los conciertos de jazz programados, y sobretodo por la banda, que ha agradecido repetidas veces el calor que ha recibido de la platea. EFE

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