Un muchacho apareció el pasado mes de septiembre en el ayuntamiento de una ciudad cercana a Berlín. Hablando inglés con acento británico y un poco de alemán, contó que su madre había muerto en un accidente de coche hacía cinco años y que, desde entonces, había vivido con su padre en una tienda de campaña en un bosque alemán. Al morir éste, él mismo lo había enterrado.
La Policía investigó: ninguna Doreen, como él decía que se llamaba su madre, había muerto en Alemania en la última década. Además, resultaba evidente que la tienda de campaña que portaba no tenía cinco años de uso. Desplazado al bosque en el que dijo vivir, fue incapaz de localizar el lugar donde había enterrado a su padre.
A pesar de que las dudas policiales fueron muchas desde el principio, la historia del joven que regresaba a la civilización, la del salvaje entre nosotros, era demasiado buena como para no copar titulares y minutos de televisión.
Ahora, cuando se sabe que es mentira, la verdad del 'Salvaje Ray' apenas aparece en noticias pequeñas y notas al pie. "Es un fantasioso con problemas mentales. No hay bosque, no hay tumba, no hay madre muerta en un accidente de coche", ha declarado una fuente policial al 'Daily Mail'.
Evidentemente, esto tiene mucho menos glamour y potencial periodístico que el misterio del muchacho del bosque. Pero es la verdad.
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que lainformacion.com restringirá la posibilidad de dejar comentarios