La maternidad, la primera película española de terror en 3D

  • Manuel Martínez Velasco, director del filme, nos descubre algunos de los secretos del largometraje.
Manuel Martínez Velasco, director de 'La maternidad'
Manuel Martínez Velasco, director de 'La maternidad'
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Julio Vallejo / Aviondepapel.tv

Hasta ahora, estábamos acostumbrados a que el terror en 3D viniera de Estados Unidos. Películas como la última entrega de Destino final o el remake de San Valentín Sangriento han hecho buenos números en las taquillas de medio mundo gracias a la utilización de la tercera dimensión. Dispuestos a no quedarse atrás, los directores españoles ya se preparan para ponernos los pelos de punta con el nuevo sistema.

El primero de ellos será Manuel Martínez Velasco, prestigioso director de cortos como 'Los niños del jardín' o 'Cambio de agujas'. Seguidor del cine fantástico y fanático de 'Star Wars', el joven cineasta se ha lanzado a una aventura de la que pronto podremos saborear un teaser rodado con el moderno sistema Mistika. Hasta entonces, el cineasta, que puede presumir de ser el hijo de la actriz Concha Velasco, nos desvela algo más de La maternidad, un largometraje que nos provocará escalofríos…en tres dimensiones.

¿Cuál es el argumento de La Maternidad 3D?

Es un homenaje al terror de los setenta, pero sin perder de vista lo que se hace ahora. Con la saga de REC y El orfanato se ha puesto muy alto el listón en nuestro país. Los cronocrímenes, El rey de la montaña y próximamente Los ojos de Julia o Verbo demuestran que estamos en una mini-Edad de Oro del género en España.

Queremos contar una historia de soledad en un momento de la vida de las mujeres en el que son terriblemente vulnerables; y más ayuda y comprensión necesitan. Nuestra protagonista se va a encontrar en el peor sitio del mundo para estar embarazada. La maternidad donde pasa la recta final de su misterioso embarazo esconde terribles secretos. Y hasta aquí puedo leer.

¿Cómo surge la idea de rodar esta película en 3D?

El 3D se potenció en los años cincuenta con el cine de género, con el de terror en concreto. Estamos en un nuevo auge de este sistema, aunque modificado, reformado y modernizado para conseguir la mayor integración del espectador en la película. Era inevitable que el formato idóneo para una película como La maternidad era éste.

¿Por qué hacer un teaser antes de rodar expresamente la película?

Por dos razones básicas: la primera era para quedarnos tranquilos viendo que rodar en 3D no es nada del otro mundo y que no nos estábamos volviendo locos; la segunda para tener algo más sólido que enseñar de cara a futuros inversores. Si tienes algo más que un guión, mucho mejor.

Respecto a la tecnología 3D con la que habéis rodado, ¿en qué medida es diferente a la utilizada en España en el largometraje Viaje Mágico a África?

La verdad es que no lo sé. Sí que sé que por el sistema Mistika se han interesado varios estudios de Hollywood. Hemos rodado con dos cámaras Red One montadas una sobre la otra. Cada una filmaba lo que va a ver cada ojo después. Un espejo sobre una de las dos cámaras, que está bajo la otra, en vertical, compensa el que no estén en paralelo y finge el "side by side".

¿En qué se diferencia un rodaje en 3-D de uno en dos dimensiones?

Donde más diferencia hay es en la preproducción. Antes de rodar hicimos un storyboard muy detallado que la gente de 3D animó en sus ordenadores. Es lo que se llama PreViz o Visual Animatics. Ves tus planos como en una película de animación CGI y, aparte de observar si en 3D va a quedar bien, mal o regular, también aprovechas para saber si tus planos te van a servir después. Una vez que lo tienes todo, el rodaje no difiere mucho de uno en 2D. Igual se tarda un poquito más al preparar cada posición de cámara, pero estás tan metido en la vorágine que ni te das cuenta. Además, tener una pantalla de plasma en 3D en tiempo real como combo es una ventaja tan grande que equilibra enseguida la balanza.

Formas parte de una generación que se ha tomado muy en serio el denominado cine de género, ¿crees que el cine español no ha tenido demasiado en cuenta este tipo de películas?

No lo sé. A mí es el que más me gusta, el cine de palomitas. En Estados Unidos se le tiene cierto respeto porque es el que genera esa industria, el que recauda ese dinero que hace que los estudios puedan hacer otro tipo de cine que, para mí, tiene el mismo respeto. Así debería ser también por parte del espectador. Palomitas y autores son dos cines distintos, y uno no existiría sin el otro. En España me pide el cuerpo algo más de palomiteo, aunque ese complejo creo que lo vamos superando con verdaderos taquillazos. Y no hablo de buenas y malas pelis, que las hay siempre en los dos campos.

¿Cómo piensas que contribuirá tu experiencia como director de cortos en esta primera aventura como realizador de largometrajes?

Un largo es veinte veces un corto, de eso ya me voy dando cuenta. Pero aún no he rodado ninguna peli. Éste es sólo un proyecto que hemos cogido con muchas ganas y mucha fuerza, que va muy bien encarrilado, pero que aún no está en la cocina. Puede caerse el castillo en cualquier momento, eso pasa bastante a menudo. También estoy preparado para que no se haga la peli. La experiencia es siempre un grado, pero creo que lo es más el sentido común y fijarte constantemente en lo que se rueda y cómo se rueda.

¿Cómo ha influido en ti formar parte de una familia vinculada al mundo del espectáculo?

Pues te puedes imaginar. Es como cuando ves una furgoneta de mudanza que pone "Vázquez e Hijos". Es normal si es lo que ves desde pequeño. Desde que mi abuelo me llevara a ver El imperio contraataca, mi madre En busca del arca perdida y mi padre sacara todas las tardes el proyector de Súper 8 para ver El libro de la selva, no he pensado en otra cosa.

Por cierto, y a modo de cotilleo, ¿es verdad que Concha Velasco, tu madre, te consultó a la hora de decidir si participaba o no en Rabia?

Mi madre siempre me consulta a la hora de rodar una peli, y viniendo ese guión de la mano de Guillermo del Toro y Sebastián Cordero casi la obligué a decir que sí sin mirar la primera página.

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