"La piedra oscura", un canto al poder de la palabra

Madrid, 13 ene.- El poder radical que hay en la palabra es un poder revolucionario que lo cambiaría todo y que está presente en "La piedra oscura", obra de Alberto Conejero que, dirigida por Pablo Messiez, se estrenará mañana en el Teatro María Guerrero.

Conejero va construyendo esa historia "a través de hablar de ella" y de su "capacidad sanadora" en un texto que transcurre en una habitación de un hospital militar cerca de Santander. En ella se encuentran dos desconocidos, el moribundo Rafael (Daniel Grao) y el joven Sebastián (Nacho Sánchez), obligados a compartir horas terribles.

La obra está inspirada en la vida de Rafael Rodríguez Rapún, secretario de la Barraca "y compañero de vida de Federico García Lorca, una de las figuras más importantes de la literatura, durante los tres últimos años de su vida", recordó el autor.

"No he pretendido hablar de García Lorca y no se trata de un homenaje a García Lorca, no osaría a ello. Habla de ausencias y la primera gran ausencia es la de Federico", señaló Conejero y puntualizó que tampoco es una obra sobre la Guerra Civil "aunque transcurre durante la Guerra Civil".

El texto, que juega entre la realidad y la ficción, tiene dos momentos de escritura. Uno más dilatado, que tiene que ver con episodios de la historia, con una indagación sobre los que quedaron en los márgenes de la foto oficial de la historia, "aquellos que fueron devorados por el tiempo y el olvido".

El otro momento empezó cuando Alberto Conejero, quien confesó su "gran amor por García Lorca por el que siento una deuda muy grande", se puso en contacto con los familiares de Rafael Rodríguez Rapún, quienes le pusieron en sus manos un importante archivo con documentos, fotografías y otros materiales valiosísimos.

Uno de los motivos que llevaron a Alberto Conejero a acercarse a Rodríguez Rapún fue el hecho de que siendo una persona tan importante en la vida de García Lorca "solo hay tres páginas escritas sobre él".

El título de "La piedra oscura" responde a una obra desaparecida de García Lorca que inicialmente se llamaba "La bola negra". En un texto lleno de ausencias, al elegir este título "he querido reflejar la ausencia de una obra que ya no esta", según el autor de una obra "dura pero que contiene un mandato de esperanza y confianza en el hombre".

Para un dramaturgo "encontrar un director que deposite una mirada tan amorosa en su texto es algo muy estimulante", afirmó Conejero al comentar la labor de Pablo Messiez, quien se presentó como "el afortunado" director de una obra que le conmovió profundamente.

El "maravilloso" texto habla de dos cosas "que me interesan mucho: la importancia de la palabra y el poder ver al otro. Ese ejercicio de encontrarse con un otro tan distinto".

Y entre ellos ese "gran otro" que es la muerte. Antes del final, Rafael se encuentra con Sebastián "y ante el horror de ese final todas las certezas se resquebrajan", señaló Messiez y destacó la "gran humanidad" de un texto que no te deja indiferente.

Con un camino intenso y duro, pero agradable de recorrer, este proyecto es para Daniel Grao "el más bonito que he hecho en mi vida". En él "se desmoronan los egos, las insignias, las banderas y al final es el encuentro de un alma con otra. Es un viaje hacia la toma de conciencia, hacia la unión; ya no eres tu o yo sino nosotros".

Después de tres días trabajando con 18 actores, Nacho Sánchez fue elegido para interpretar el papel de Sebastián en un proyecto que funciona "porque es un trabajo de grupo en el que todos miramos en la misma dirección".

"La piedra oscura" refleja para este actor, que agradeció la oportunidad que se le ha dado a él así como a otros actores que se están formando en escuelas publicas, "la distancia que recorren dos personas tan distantes que acaban juntas".