LA TERNA PUSO MÁS QUE LOS "FUENTEYMBROS"

  • Paco Aguado Pamplona (España), 11 jul. Los tres toreros que hicieron hoy el paseíllo en Pamplona pusieron más por el espectáculo que los toros de una corrida de Fuente Ymbro baja de raza, a la que cortaron sendas orejas César Jiménez e Iván Fandiño.

Paco Aguado

Pamplona (España), 11 jul. Los tres toreros que hicieron hoy el paseíllo en Pamplona pusieron más por el espectáculo que los toros de una corrida de Fuente Ymbro baja de raza, a la que cortaron sendas orejas César Jiménez e Iván Fandiño.

Ficha del festejo:

Toros de Fuente Ymbro, de excelente presentación en general, por aunar la seriedad y el cuajo con las buenas hechuras. Aunque muy manejables, desarrollaron un juego desrazado y a menos en el último tercio.

Antonio Ferrera: pinchazo, media estocada desprendida y cuatro descabellos (silencio tras aviso); pinchazo, estocada y cuatro descabellos (silencio tras dos avisos).

César Jiménez: estocada baja (ovación tras petición de oreja); estocada tendida y descabello (oreja tras aviso).

Iván Fandiño: gran estocada (oreja); metisaca bajo, media estocada y descabello (ovación tras aviso).

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Orejas al tesón y a la decisión

Corrida de larga duración la séptima de abono, como denota la gran cantidad de avisos que hizo sonar la presidencia, no tanto por los fallos de los toreros con el acero -que los hubo- sino por el dilatado empeño de los tres para sacar partido de un lote de toros de Fuente Ymbro que no dio lugar a las emociones.

Fue una corrida muy bien presentada, con la seriedad exigida en esta plaza, y también muy bien hecha, de hechuras armónicas, en principio propiciadoras de embestidas entregadas y profundas. Pero esta vez los ejemplares de esta ganadería con fama de brava no hicieron hondor a la divisa, sino que tuvieron un comportamiento desrazado, sin apenas celo ante las muletas de sus matadores.

El más dispuesto de la terna fue el vizcaíno Iván Fandiño, que recibió a su primero a portagayola, no con una larga de rodillas al uso sino echándose el capote a la espalda para saludarlo por gaoneras. Tras una declaración de intenciones tan arriesgada, el torero de Orduña abrió con tres pases cambiados en los medios una faena de muleta en la que impuso su firmeza a los cabezazos de un toro sin clase al que no logró atemperar del todo.

Siempre descarado con sus enemigos, y sin perdonar tampoco una sola intervención en quites, Fandiño remató el trasteo con unas ajustadas bernadinas y una gran estocada que terminó de avalar el premio de la oreja.

El colorado sexto salió embistiendo con profunidad y clase, lo que vaticinaba la posibilidad de que el vasco abriera la puerta grande. En cambio, una vez picado, el de Fuente Ymbro prefirió coger el camino de las tablas de sol, donde dejó olvidado ese celo inicial. Animoso y buscando siempre la cara del manso, Fandiño alargó un trasteo que no inquietó al tendido, salvo cuando fue arrollado, sin consecuencias, al rematar de nuevo por bernadinas.

La otra oreja de la tarde la paseó César Jiménez del quinto, el único toro feo de la corrida. Aunque pareció que iba a ser como sus hermanos, a medida que avanzaba el trasteo de muleta el animal fue tomando el engaño con más entrega y cierta clase.

Como el toro, a más, fue el quehacer del madrileño, que acabó cortando el trofeo que no le condecieron de su primero, otro toro con un punto de calidad que desarrolló por falta de "gas". Fue labor paciente y templada la del torero de Fuenlabrada, aunque falta de un punto de emoción y demeritada por una estocada muy baja.

También fueron largas las faenas Antonio Ferrera, que banderilleó a los dos de su lote, con más brillo al primero que al cuarto. A aquel, un toro muy apagado que no cesó de escarbar, le hizo una faena correcta y asentada, mientras que al cuarto, también desfondado, le sacó estimables naturales a base de templar mucho sus cansinas embestidas. Lo peor del extremeño fueron sus fallos con los aceros en ambos.

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