Lágrimas por Saramago, el escritor desasosegante

  • El escritor portugués, fallecido este viernes, sabía que la muerte le estaba arriconando. Tal vez por eso, se convirtió en un escritor polífico, que publicaba casi una novela al año. Preguntado una vez por la razón que le motivaba para escribir, afirmó: "Yo escribo para desasosegar".
El Premio Nobel de Literatura José Saramago junto a su mujer Pilar del Río - Foto: EFE
El Premio Nobel de Literatura José Saramago junto a su mujer Pilar del Río - Foto: EFE
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David González / Avionepapel.tv

José Saramago (Azinhaga, 1922, Lanzarote, 2010) sabía que la muerte le estaba arrinconando. En sus últimos años, se convirtió en un escritor prolífico. Publicaba casi una novela al año. En uno de esos últimos títulos, "El Viaje del Elefante", nos lanzaba un mensaje agónico a los lectores mediante una dedicatoria para su mujer y traductora, Pilar del Río. La frase estaba escrita en la primera página de esta novela: "A Pilar, que no dejó que yo muriera".

Esta dedicatoria sonaba casi a epitafio. Era 2008. Dos años después, la muerte se lleva por delante al Premio Nobel de Literatura portugués, en Lanzarote, isla donde residía desde hace años. Su obra, muy marcada por el compromiso político, seguirá viva. "Ensayo sobre la ceguera", ya era un clásico novelesco antes de su muerte: ahora, con más razón, sobre todo en los tiempos que corren.

Ya lo decía Saramago en la penúltima presentación a la que acudió a Madrid para presentar "El Viaje del Elefante": "¿Por qué escribo? Escribo porque pienso y es entonces cuando la pregunta cobra respuesta: la escritura es cuestión de ideología".

Por qué escribía Saramago

En el último acto promocional de su libro "Caín", también en Madrid, Saramago agrandó aún más esta afirmación: "Hay una pregunta que persigue a los escritores. Para qué escribe el escritor. Yo no escribo para agradar o desagradar. Yo escribo para desasosegar. Porque un título que yo me hubiera gustado crear ya lo inventó Pessoa, "El Libro el Desasosiego". Me gustaría que todos mis libros sean considerados libros de desasosiego", aseguraba.

Este aforismo define a Saramago. Hay escritores que plantean preguntas en sus obras. Otros, nos avisan de las respuestas. Saramago era un escritor de compromiso social y en cada uno de sus libros, nos planteaba un ensayo disfrazado de combate novelesco.

Un escritor que apostó por la Red

Defensor del libro como objeto cultural, algunas de sus conferencias enunciaban su compromiso también con el formato papel: "No hay nada más entrañable que el libro viejo, porque sobre la página de un libro se puede llorar. Sobre el disco duro de una computadora, no se puede derramar ni una lágrima", explicaba.

Sin embargo, durante sus últimos años de vida, José Saramago fue consciente del poder de la red como vehículo cultural y de comunicación global, incluso sus títulos ya se podrán comprar en breve en formato electrónico. Además, el escritor disponía de un blog, alojado en la web de la fundación que llevaba su nombre, y en el que escribía a menudo, hasta que hace unos meses dejó de hacerlo, quizás por motivos de salud, quizás por estar inmerso en una nueva novela.

Novela póstuma sobre la industria de las armas

Esa novela póstuma que tal vez veremos nacer en los próximos meses y que Saramago ya adelantó a sus lectores. Estaba escribiendo un libro que respondía a una pregunta: ¿Por qué en las industrias armamentísticas nunca se producen huelgas de trabajadores?

La muerte, como decimos, nos ha arrebatado la respuesta novelesca de esta cuestión lanzada por Saramago. O quizás, no. Aunque hoy, no es un día para pensar en ello; es un día para derramar una lágrima sobre la página escrita e algunos de sus libros. Hoy es uno de esos días desasosegantes.

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