Lang Lang: "No me siento el mejor pianista del mundo"

  • Javier Herrero.

Javier Herrero.

Madrid, 10 dic.- El famoso pianista Lang Lang ha impartido hoy en Madrid una clase magistral a un centenar de chavales a los que entre bromas y metáforas ha enseñado a jugar con las dinámicas, de "pianisíssimo a fortíssimo", así como a lidiar con el éxito, asegurándoles que él no se siente "el mejor pianista del mundo".

"Me siento pianista, pero no el mejor del mundo", ha precisado el músico chino, de 30 años de edad, a la pregunta de una de las más jóvenes asistentes a su charla de hoy en el Espacio Fundación Telefónica, a los que ha advertido frente al peligro de perder la identidad propia por culpa del éxito y de convertirse en una persona "artificial".

Señalado por la revista Time como una de las cien personalidades más influyentes del mundo, Lang ha actuado con las principales orquestas del mundo desde su descubrimiento con 17 años junto a la Orquesta Sinfónica de Chicago.

Nueva York, Berlín, Londres, París, Hong Kong, Sydney o San Petersburgo figuran en su diario de viaje, en el que también constan colaboraciones junto a figuras tan reputadas como Daniel Barenboim, Michael Tilson Thomas, Zubin Mehta, Lorin Maazel o el español Plácido Domingo.

"Sigo amando hacer música, el piano es mi mejor amigo, me hace sentir mucho más confiado que cuando doy un discurso y da más sentido a mi vida", ha dicho este genio, que aunque alguna vez se ha planteado la posibilidad de dirigir una orquesta, dice preferir el instrumento que le ha dado fama mundial.

Ha reconocido que la música clásica "no resulta tan atractiva como Lady Gaga o Rihanna" en el siglo XXI y ha insistido ante su joven auditorio en que su responsabilidad y la de todos ellos es compartir con la gente esta rica tradición, "comunicarla", y mostrar que no es "aburrida ni está falta de emoción".

De eso han versado básicamente sus consejos a los cuatro jovencísimos pianistas madrileños que han compartido con él una hora de música y de matizaciones, pero también de imágenes.

"Como el latido de un corazón", le recomendaba a uno, "tócalo como si fuesen las campanas de una iglesia", requería de otro. "Que suene como si llegara de muy lejos, de Francia", le pedía al último.

Preguntado por su último disco, "The Chopin Album", dedicado a las obras maestras del polaco, tantas veces interpretado en el pasado, ha recomendado no "forzar" la diferencia en aras de esa búsqueda de "alma" y de "naturalidad".

"Yo tengo mi experiencia vital. El objetivo no debe ser hacer algo completamente distinto, sino lo que salga del corazón", ha dicho al respecto.

Ha bromeado afirmando que su infancia estuvo tan marcada por Arthur Rubinstein y Herbert von Karajan como por Tom & Jerry y Michael Jordan, y ha afirmado que decidió hacer del piano su vida tras realizar su primer recital, a los 5 años de edad, después de sentir el pulso del escenario, los nervios previos a él y las "satisfactorias" sensaciones posteriores.

"El del escenario debe ser nuestro mejor momento, si no, para qué querrías ser músico", les ha preguntado a su público español, al que ha confesado su gusto por el compositor Enrique Granados y también por el jamón.

Mostrar comentarios