Lanzarote se sitúa como la segunda isla que atesora más inscripciones alfabéticas prehispánicas


Un estudio pionero en Canarias sobre inscripciones líbico-bereberes sitúa a Lanzarote como la segunda isla que reúne más inscripciones alfabéticas prehispánicas.
Se trata de un proyecto, auspiciado por el Gobierno canario, que se inició en El Hierro y que se viene ejecutando por fases, con un plazo de cuatro años. Esta investigación, dirigida por la filóloga Renata Springer, viene estudiando de forma comparativa los yacimientos con inscripciones en las siete islas.
De todas las manifestaciones rupestres que se conocen en Canarias, las inscripciones son especialmente reveladoras al tratarse explícitamente de una escritura. Este proyecto tiene como finalidad conocer todos los detalles de uno de los dos alfabetos que la población aborigen del Archipiélago utiliza para expresarse y que lo aprende en sus lugares de origen en el norte de África.
La Dirección General de Cooperación y Patrimonio Cultural actualiza el corpus de inscripciones de la isla de Lanzarote deteniéndose en el inventario de sus signos, frecuencias, asociaciones, técnicas de ejecución, peculiaridades, lugares en los que se encuentran, vinculación con otros enclaves escriturarios o de otra naturaleza, dominación visual, etc.
Han sido objeto de estudio 19 yacimientos, la totalidad de los que en la actualidad se conocen. En ellos se documentan 218 paneles, que son los soportes de piedras en los que se encuentra la escritura, de los que 35 poseen grafía líbica-bereber, sumándose un total de 70 líneas de palabras.
Lanzarote, junto con Fuerteventura, presenta la característica de albergar otro alfabeto que se ha denominado líbico-canario, exclusivo a nivel mundial de estas dos islas.
Este trabajo ha puesto de relevancia la coexistencia de ambos alfabetos: así, existen textos que empiezan a escribirse con signos líbicos canarios para continuar con líbico-bereber.
La investigación de Springer ha sacado a la luz unos motivos realizados mediante grandes surcos de seis a ocho centímetros de ancho y diez de profundidad en el suelo, reproduciendo formas de gran tamaño. Los surcos están excavados en toba volcánica y han sido hallados en las laderas de varias montañas.
Resultan igualmente llamativos los sitios en los que los signos alfabéticos se han escrito sobre siluetas de pie, ya que son estos grabados podomorfos los que sacralizan el terreno. En ocasiones esta imagen figurativa del pie se orienta hacia la Montaña de Tindaya, visible desde varias zonas de Lanzarote y que se localiza en Fuerteventura.
Las inscripciones líbico-bereberes ocupan un puesto excepcional entre los grabados canarios y están presentes en todas las islas. Adscritas a la mayor parte de las restantes manifestaciones rupestres, se han convertido en un elemento unificador, además de ser un componente estructural destacado de la cultura y referente obligado a la hora de realizar un estudio comparativo.

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