Las esculturas de Ron Mueck abandonan Buenos Aires con récord de visitantes

  • Las esculturas hiperrealistas del australiano Ron Mueck se despiden hoy de la capital argentina tras recibir a más de 150.000 visitantes que convirtieron esta muestra, la primera del autor en Suramérica, en la más exitosa del museo Fundación Proa y una de las más concurridas de Buenos Aires.

Nerea González

Buenos Aires, 23 feb.- Las esculturas hiperrealistas del australiano Ron Mueck se despiden hoy de la capital argentina tras recibir a más de 150.000 visitantes que convirtieron esta muestra, la primera del autor en Suramérica, en la más exitosa del museo Fundación Proa y una de las más concurridas de Buenos Aires.

Desde noviembre hasta hoy, miles de argentinos y de turistas pasaron por el centro de exposiciones, en el emblemático barrio porteño de La Boca, para disfrutar de estas obras que recrean al detalle la anatomía humana.

"Es la exposición que más visitas ha tenido de la historia de la Fundación Proa", explicó a Efe Julieta Goldin, portavoz de la citada fundación, donde el propio Mueck trabajó codo con codo con los responsables del museo para calcular al milímetro la disposición de las obras.

Goldin atribuyó el gran interés por la exposición a que "el artista es excelente, es la primera vez que tenemos una muestra suya en el país y es muy accesible para todos los públicos, muy visual, es muy atractivo de ver".

"Además es un artista muy importante internacionalmente, que tiene una carrera consagrada y sus obras cotizan muy caras en el mercado", añadió.

La concurrencia se intensificó aún más durante la última semana, en la que se registraron más de 3.000 visitantes por día, con largas colas de interesados que no quisieron perder la oportunidad de ver las figuras de Mueck, que ahora se trasladarán a Brasil.

Para Camila Villarruel, coordinadora del departamento de Educación del museo, lo que más ha impactado a los visitantes es "la diferencia de escala" y la propia técnica hiperrealista en sí, que al ser aplicada a la figura humana recrea hasta el último pelo, las venas o las pequeñas arrugas de la piel.

Los espontáneos "¡parece de verdad!" fueron los comentarios más oídos en las salas, cuyo montaje impresionaba incluso a bebés de poco más de un año que, impactados por las esculturas, señalaban y gesticulaban, según relata la coordinadora educativa.

"Es impresionante cómo les gusta (a los niños) la obra, lo disfrutan más los chicos que los grandes", apuntó Villarruel.

El museo diseñó, además de las tradicionales visitas guiadas, actividades para los más pequeños y proyectó un documental sobre el proceso de creación de las figuras humanas a distintas escalas a partir de silicona, resina, fibra de vídeo y pinturas acrílicas.

La gran afluencia de público obligó a los organizadores a trasladar la proyección del documental al Teatro de la Ribera, cercano a Proa.

Pese al éxito de la muestra, Mueck no logró batir el récord de 180.000 visitantes que recibió el Museo de Arte Latinoamericano (Malba) con la exposición de la japonesa Yayoi Kushama.

Los visitantes de Proa no pudieron colgar en las redes sociales fotos de la gigantesca cara de "Máscara II" o el pollo suspendido en el aire de "Naturaleza muerta".

El propio Ron Mueck especificó que no se debía permitir la toma de instantáneas para proteger la obra, un trabajo de vigilancia extra para los encargados que fue complicándose a medida que aumentó el flujo de visitas, aunque Villarruel aseguró que la mayor parte del público fue respetuosa con la prohibición.

Ron Mueck, de 55 años, creció en el seno de una familia de jugueteros de origen alemán y dio sus primeros pasos en la creación plástica con trabajos para el cine y el mundo de la publicidad.

El artista australiano, con una carrera de 40 años a su espalda, reside en Londres y trabaja en un pequeño estudio, rodeado por un puñado de colaboradores.

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