"Las vidas posibles de Mr. Nobody", una surrealista oda al libre albedrío

  • Madrid.- ¿Somos lo que elegimos ser o la vida nos viene ya dada? El director belga Jaco Van Dormael ha hilvanado una surrealista oda al libre albedrío en "Las vidas posibles de Mr. Nobody", un filme teñido de onirismo en el que el protagonista vivirá vidas diferentes a partir de una única elección.

"Las vidas posibles de Mr. Nobody", una surrealista oda al libre albedrío
"Las vidas posibles de Mr. Nobody", una surrealista oda al libre albedrío

Madrid.- ¿Somos lo que elegimos ser o la vida nos viene ya dada? El director belga Jaco Van Dormael ha hilvanado una surrealista oda al libre albedrío en "Las vidas posibles de Mr. Nobody", un filme teñido de onirismo en el que el protagonista vivirá vidas diferentes a partir de una única elección.

Nada menos que ocho años ha tardado Van Dormael en estrenar una nueva película desde que en 1996 rodó "El octavo día", aunque el cineasta afirma, en una entrevista con Efe, que el tiempo se le ha pasado volando, entre los seis años que le llevó escribir el guión y los dos de búsqueda de financiación, rodaje y postproducción.

"Me he tomado tiempo, porque me gusta contar cada historia de una manera diferente", apunta.

Y es que en "Las vidas posibles de Mr. Nobody", que cuenta con un elenco de lujo encabezado por Jared Leto, Diane Kruger y Sarah Polley, no se cuenta una historia, sino un plantel de ellas.

Un niño cuyos padres se divorcian debe decidir con cuál de ellos se queda y, a partir de esa decisión la película narra las diferentes vidas que podría haber llevado dependiendo de a cuál de sus tres amigas de la niñez hubiera elegido.

"En la vida real sólo experimentamos una vida, la que tenemos, y uno no imagina aquello que ha dejado de vivir, no te lamentas o te alegras. Cuando eres guionista sí que puedes imaginar lo que un personaje puede o no vivir, pero en la mayoría de los guiones se narra sólo una historia de principio a fin", explica.

Van Dormael ha pretendido explorar la vida de su personaje "como si fueran las ramificaciones de un árbol, multitud de posibilidades, múltiples vidas desde que el niño elige entre su padre o su madre", refiere el director, quien recalca que "todas ellas merecen ser vividas".

El director reconoce que su filme tiene un fuerte componente onírico, pues "en la película en ningún momento sabemos qué es real, transmite más bien una idea de que lo que se ve es una percepción de la realidad según quién está viviendo esa vida".

Así "hay un aspecto irracional en la película que le dota de poesía, de surrealismo y todos esos niveles de percepción coexisten en la película, de forma que uno puede verla conjugándolos, como un todo, o elegir sólo uno".

A ese surrealismo contribuye que cada una de las posibles vidas de Nemo Nobody está rodada con una técnica diferente y con un código cromático propio: su vida con Anna es roja, con Elise es azul y con Jeanne, amarilla.

El blanco domina su solitaria senectud, para la que Jared Leto se sometía a 5 horas diarias de caracterización que valieron al filme un premio en el Festival de Sitges.

"Fue muy divertido, porque nos permitió usar todos y cada uno de los recursos del cine", apunta.

Sin embargo, "Las vidas posibles de Mr. Nobody no es exactamente cine fantástico. A su director le cuesta encasillarla: "¿Quizá una película experimental? No sé... Un adolescente me dijo que he hecho una película cuántica, y como no sé lo que significa, creo que es una buena definición", bromea.

Aunque asegura que nunca escribe pensando en actores concretos y que prefiere reconocer al personaje en un intérprete una vez que aquel ya está creado, admite que el elenco de la cinta "es fantástico".

Seis meses de rodaje en Canadá, Bélgica y Reino Unido permitieron completar esta película que, en último término, habla de la "bella y misteriosa" complejidad de la vida, pero sobre todo del amor, que es el protagonista oculto del filme.

"Es lo único que el protagonista recuerda cuando es un anciano, sus historias de amor", concluye Van Dormael.

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