Les Arts ofrece una Flauta Mágica conceptual que refuerza la tesis iniciática

  • El Palau de les Artes de Valencia ha ofrecido hoy una producción de "La Flauta Mágica" conceptual que ha reforzado la tesis del rito iniciático de esta postrera ópera de Wolfgang Amadeus Mozart, que es también un canto a la fraternidad y al amor entre los hombres.

Valencia, 6 abr.- El Palau de les Artes de Valencia ha ofrecido hoy una producción de "La Flauta Mágica" conceptual que ha reforzado la tesis del rito iniciático de esta postrera ópera de Wolfgang Amadeus Mozart, que es también un canto a la fraternidad y al amor entre los hombres.

Con una escenografía minimalista y con ausencia total de decorados, los cantantes han tenido que demostrar sus facultades canoras e interpretativas para superar esta exigente ópera, ya que sólo han contado con el poyo de la iluminación, que ha contribuido eficazmente a la contraposición día/noche y bien/mal que rezuma toda la obra.

Con dirección de escena de Stephen Madcaf, iluminación y escenografía de Simon Corder y coreografía de Duncan Macfarland, la propuesta prescinde de la parte fantástica y de fábula para centrarse sin tapujos en esa capa más profunda que también dejó planteada el genio de Mozart como reconocimientos a sus relaciones con la francmasonería vienesa.

La apuesta por lo conceptual, por el canto al iluminismo y el paralelismo con los ideales esotéricos de la masonería quedaron de manifiesto desde los primeros compases de la obertura, cuando los figurantes dejaron en el primer plano del escenario los símbolos que caracterizan esta ópera: la flauta, el carillón, el marco de una imaginaria foto, la daga y la fusta.

La ausencia total de decorados fue compensada con la intervención de un grupo de bailarines acrobáticos, que igual representaban la serpiente que ataca a Tamino (el príncipe protagonista), como a las fieras de la selva, los pájaros o las puertas de entrada al templo de la Sabiduría.

La dirección musical corrió a cargo de Ottavio Dantone, un especialista en música barroca que sacó lo mejor de sí tanto de la partitura, que compagina con maestría los diferentes recursos musicales, como los de una Orquestra de la Comunitat Valenciana un tanto diezmada pero que, con los habituales refuerzos externos, ha mantenido un más que aceptable nivel interpretativo.

Cumplieron con eficacia tanto el tenor sueco Daniel Johansson, en su papel de Tamino, el heroico protagonista que supera todas las pruebas para liberar a su amada, como la soprano Grazia Doronzio, que estuvo ágil y espléndida al encarnar a una Pamina que no duda en optar por la libertad que representa Tamino frente a la ambición de su madre, la Reina de la noche.

Aunque en su primera aria estuvo algo justa, la soprano alemana Mandy Fredrich ofreció su mejor cara con la exigente el aria del segundo acto, en la que queda patente el odio, la ambición y el ansia de poder de la histriónica Reina de la noche.

Buena interpretación también la del bajo coreano In-Sung Sim como Sarastro, el señor de los iniciados y defensor de la justicia y la sabiduría, y la del bajo-barítono austríaco Thomas Tatzl como el ingenuo Papageno.

Ocurrente fue la escena de declaración de amor entre Papageno y Papagena (interpretada por Helem Keans), en la que los bailarines acrobáticos traen al vuelo a cinco pequeños niños "papgenitos".

Muy aplaudidos fueron también los tres niños solistas del Tölzer Knabenchor y los integrantes del Coro de la Generalitat.

Con esta producción de La Flauta Mágica, que fue el testamento operístico de Mozart, ya que falleció unos meses después de su estreno en Viena en 1791, el Palau de les Arts ha cerrado también la temporada 2012-2013, caracterizada por una reducción del número de óperas representadas como consecuencia de los recortes impuestos por la crisis económica.

Mostrar comentarios