Esperanza Ortega entiende la poesía como el poso que deja la vida

  • Valladolid.- Una invitación al silencio, a la reflexión sobre sí mismo como si de una meditación interior se tratara es el lugar donde la escritora Esperanza Ortega (Palencia, 1953) encuentra el "verdadero sentido" de la poesía, "que surge de la decantación, del poso que deja la vida de uno", ha dicho a Efe.

Esperanza Ortega entiende la poesía como el poso que deja la vida
Esperanza Ortega entiende la poesía como el poso que deja la vida

Valladolid.- Una invitación al silencio, a la reflexión sobre sí mismo como si de una meditación interior se tratara es el lugar donde la escritora Esperanza Ortega (Palencia, 1953) encuentra el "verdadero sentido" de la poesía, "que surge de la decantación, del poso que deja la vida de uno", ha dicho a Efe.

"La poesía no se debe explicar, simplemente se ofrece al lector como un músico sus canciones o un pintor sus cuadros. En eso consiste el arte, en compartir con otros las emociones que han rodeado el momento de la creación", ha explicado Ortega, quien acaba de publicar "La mano sobre el papel" (Cálamo).

Se trata en parte de una antología poética, ya que selecciona versos de todos sus libros ya publicados, pero también incluye inéditos e incluso una reflexión en prosa y un prólogo donde presenta esta nueva obra como el resultado de una búsqueda sobre las razones de su escritura.

"Me lo he planteado a la manera 'juanrramoniana': llega un momento en tu obra en que intentas buscarla un sentido, evolucionar y escoger algo que trace un camino donde todavía puedas encontrar una emoción poética", ha agregado acerca de lo que insinúa como una revisión, pero no "una re-escritura" porque "son los mismos poemas".

Ni "excesivamente voluminosa" (poemas largos), ni tampoco "prolija" debe ser la poesía, en su opinión, si es que ésta es la resultante de un "proceso de decantación" o aquilatado que abre "espacios de silencio" aptos para la reflexión del lector, para tratar de transmitir, a través del lenguaje, "las mismas emociones que sentimos nosotros al escribir".

De ahí el título de esta antología ("La mano sobre el papel"), dotada de un "sentido unitario" a través de la selección hecha por la propia autora, profesora de literatura en el IES "Pinar de la Rubia" de Valladolid, y que en 1995 obtuvo el Premio Gil de Biedma con "Hilo solo".

La escritura de un poema "es la huella que deja la mano sobre el papel" y que invita al lector a recorrer para removerlo desde su "isla cotidiana", para que "piense, que se haga preguntas, que se conmueva: es como una botella que se deposita en un río con un mensaje para que alguien la encuentre", ha señalado.

Componen esa antología una selección de versos procedentes de cinco poemarios: "Algún día" (1988), "Mudanza" (1994), "Hilos solo (1995), "Como si fuera una palabra" (2000) y "Poema de las cinco estaciones" (2006), a los que hay que añadir una serie de inéditos fechados entre 2006 y 2010.

Entre éstos destaca una "Elegía mínima" dedicada a su admirado y estudiado poeta Francisco Pino (1910-2002), a quien este mismo año ha cuidado una póstuma antología de su obra con el título de "Calamidad hermosa" (2010).

Esperanza Ortega -traductora, crítica, ensayista y ocasional narradora "Las cosas como eran" (2009)- también recurre al verso para explicar por qué escribe y responde que "(...) porque nadie me lo pide (...)/pero escribo/porque escucho en la noche/los labios sepultados bajo los escombros/y para que las voces de mis muertos/no suenen a lamento de gusano-fantasma (...)".

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