"Litoral" se adentra en el frondoso bosque que han creado la poesía y el arte

  • El árbol ha sido un motivo de inspiración constante para poetas y artistas de todas las épocas, y la revista "Litoral" lo refrenda ahora en su último número, que se adentra en este frondoso bosque para hacer un recorrido por la presencia de este símbolo universal en la poesía y el arte.

José Luis Picón

Málaga, 17 ago.- El árbol ha sido un motivo de inspiración constante para poetas y artistas de todas las épocas, y la revista "Litoral" lo refrenda ahora en su último número, que se adentra en este frondoso bosque para hacer un recorrido por la presencia de este símbolo universal en la poesía y el arte.

"No hay un poeta que no haya escrito en un momento determinado sobre el árbol. Cuando entramos en esta parcela encontramos una cantidad de cosas impresionante y nos desbordó el material", ha afirmado en una entrevista con Efe Lorenzo Saval, director de la revista creada en Málaga por los poetas de la Generación del 27 Emilio Prados y Manuel Altolaguirre.

Para una publicación como ésta, que en números anteriores se había centrado en máquinas como el avión, el barco o el tren, esta nueva aventura "era como entrar en otro mundo de naturaleza y ecologismo", pero el resultado ha llevado a pensar en una próxima entrega dedicada al agua, ha avanzado Saval.

Ante tan ingente cantidad de material, lo más difícil ha sido organizar los temas, que arrancan con estudios sobre la presencia histórica del árbol, desde la época clásica, a cargo de Aurora Luque y Justo Navarro, respectivamente.

El recorrido de "Litoral" transita por las semillas, las raíces, el tronco, las ramas o elementos tan simbólicos como los anillos que se forman en el tronco del árbol, y se detiene a contemplar cómo éste se viste en cada una de las cuatro estaciones del año.

Luis Alberto de Cuenca diserta sobre el simbolismo del árbol y admite que todo lo que sabe sobre el árbol y el bosque se lo debe "a sus lecturas, no al contacto con la madre Naturaleza".

Por su parte, el fotógrafo José Manuel Navia aborda la presencia del árbol en la fotografía, porque "pocos elementos se elevan sobre la superficie del mundo y se muestran con la convicción y la altivez con la que se muestran los árboles".

Alberti ensalzó cómo "los árboles defienden, contra al viento, las penúltimas hojas de sus ramas. ¡Qué fuerte batallar heroico y triste", y Altolaguirre escribió: "Somos árboles que, juntos, sentimos la primavera que quiere subir al cielo, interior niño que quiere trepar y asoma sus manos que brotan primaverales".

"Creció en mi frente un árbol. Creció hacia dentro. Sus raíces son venas, nervios sus ramas, sus confusos follajes pensamientos", confesó el mexicano Octavio Paz, mientras que Caballero Bonald desveló que "quien convive con árboles dispone de poderes, pacta con semidioses invencibles, nadie podrá usurparle nunca esa heredad".

Aleixandre aseveró que "el árbol jamás duerme", Unamuno dedicó un poema al árbol solitario "que en un campo yermo desafía las iras del rayo que es ciego" y García Baena compuso un "Himno del cedro" en el que anhelaba "llegar de nuevo a percibir el perfumado beso de tu tronco".

Todos estos nombres y muchos más forman este bosque que es el último número de la revista "Litoral", en el que a cada paso se pueden contemplar árboles inesperados.

"'Litoral' se va haciendo automáticamente. Empiezas y te van saliendo temas e ideas, poemas que tenías preparados se quedan fuera, y se caen colaboradores. No es algo rígido, porque es imposible", afirma a Efe Lorenzo Saval.

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