Los escritores fallecidos resucitan en Facebook con una segunda vida 2.0

La mayor red social del mundo acoge diferentes páginas de autores clásicos desde Miguel de Cervantes a Virginia Woolf, de Julio Cortázar a Augusto Monterroso, en las que sus incondicionales conversan, charlan sobre su obra o rememoran con nostalgia su ausencia.

"Obviamente no soy Julio Cortázar ni ninguno de sus herederos, en caso de que los haya, así que es posible que eliminen la página o bloqueen el acceso. Así de absurdo es el mundo", explica una de las personas que ejercen de administradora de la página dedicada al creador de "Rayuela".

Esta segunda vida 2.0 de Cortázar suma unas 21.000 personas o "amigos", como así se denomina en la jerga de Facebook. Un volumen de lectores nada despreciable para una editorial que quisiera segmentar su marketing.

Pero, ¿quién está detrás de estas páginas personales de Facebook? ¿Los herederos de sus derechos? ¿Los agentes editoriales que cuentan aún con potestad sobre sus obras póstumas? ¿O, simplemente, lectores nostálgicos o fanáticos (no en el término despectivo de la palabra, sino en las etiquetación de Facebook)?

"Chicos, en Facebook me piden autenticar la página. (Dios, no saben ni escribir). Es decir, demostrar que tengo alguna vinculación con el tema en el mundo real, más allá de Facebook", anuncia en su muro la persona misma administradora del perfil de Julio Cortázar.

Ocurre lo mismo en varias páginas personales de esta peculiar segunda vida virtual de autores como Jorge Luis Borges o Raymond Carver. ¿Son estas páginas unas falsas identidades virtuales (fakes)? ¿O son producto de los departamentos de marketing editoriales y de los agentes literarios que acuden a reservar los perfiles, como antaño se compraban los dominios punto como antes de que se los birlasen?

"Las páginas de escritores fallecidos en Facebook no se pueden contar automáticamente, porque algunas están duplicadas o triplicadas, ya que no todas son oficiales. En este sentido, ninguna es fake; las crean los fans y suelen hacerlo como tributo u homenaje hacia sus artistas  preferidos", afirman los responsables de Facebook España.

Es cierto. Por ejemplo, Don Miguel de Cervantes cuenta con una triple vida en Facebook. Existen, al menos, tres perfiles con el insigne creador de Don Quijote. Uno de ellos cuenta con más de 7.000 y otro supera los 2.500 "amigos".

Incluso el escritor fenecido Roberto Bolaño, autor de obras ya consideradas clásicas como "Los detectives salvajes", acumula de manera póstuma la friolera de 13.890 seguidores en esta red social.

Así, aparece una cierta incertidumbre entre los lectores hacia sus escritores preferidos que han pasado a la posteridad. ¿Se están afiliando como fans en una página oficial o en una página, digamos, no oficiosa?

 "La política de Facebook es que cualquier persona puede crear una página de comunidad (aparte de las oficiales). Para ello, no hay que validar la relación con el artista y no se comunica quien está detrás de estas páginas, a menos que el creador quiera hacerlo público. Sólo el equipo técnico de Facebook puede detectar quién está detrás, cualquier usuario no puede", finalizan desde la filial española de la compañía.

Sin embargo, cuando buscamos el perfil verdadero de Francisco Ayala, por ejemplo, ya no aparece el originario. Recordemos que Ayala, en los últimos años de su vida centenaria, quiso comunicarse con sus lectores a través de Facebook, aunque, después de su muerte, se canceló dicho perfil.

Ahora, cuando buscamos "hacernos amigos" de Ayala en Facebook, la red social nos envía hacia una página que se abre con un peculiar mensaje: "Nuestro objetivo es convertir esta página de la comunidad en la mejor colección de conocimientos compartidos sobre este tema. Si te apasiona Francisco Ayala, regístrate y te diremos cuándo nos puedes prestar tu ayuda. También puedes ayudarnos a comenzar al sugerir la Página oficial en Facebook". 

En un recuadro, a la derecha de dicho perfil, reza el siguiente texto: "A 36 personas, le gusta esto".