Los Goya se fijan, por fin, en directores de animación gracias a Tadeo Jones

  • Alicia G. Arribas.

Alicia G. Arribas.

Madrid, 11 feb.- Enrique Gato pasará a la historia de los Goya como el primer realizador novel que compitió por el premio con un largometraje de animación, "Las aventuras de Tadeo Jones", todo un hito que parece hacer justicia con el trabajo de uno de los sectores más complejos y laboriosos del cine español.

Una valoración de la que incluso el presidente de la Academia de Cine, Enrique González Macho, se siente "especialmente orgulloso", que los votos hayan colocado al debutante entre los mejores directores noveles del cine español de 2012, en competencia con Paco León ("Carmina o revienta"); Oriol Paulo ("El cuerpo") e Isabel de Ocampo ("Evelyn").

"Me parece que los académicos han votado este año muy bien, y una de las mejores cosas que han hecho ha sido nominar al Mejor Director Novel a uno de animación; es un camino que ya abrió el año pasado "Arrugas", pero esto es un segundo paso adelante brutal", ha dicho el presidente de la Academia en una entrevista con Efe.

Como era de esperar, "Las aventuras de Tadeo Jones" compite también como mejor película de animación, donde se verá las caras con "El corazón del roble" y "The Wish Fish", una cinta para niños, y "O Apóstolo", la arriesgada apuesta de Fernando Cortizo para adultos, y primera obra europea rodada foto a foto, en "stop-motion".

Según explica en la revista "Academia" Raúl García, miembro de la Academia de Artes Cinematográficas tanto en Hollywood como en España, ganador de un Goya por "El lince perdido" (2008), animador y director de secuencia en algunos de los clásicos de Disney, se trata de cuatro filmes "con grandes profesionales detrás".

"Los cuatro títulos muestran -dice- una dedicación, una profesionalidad y un amor por el medio que desafía cualquier explicación lógica del por qué cualquiera de nosotros, profesionales de este sector que muchos desdeñan con el apelativo simplista de 'películas de dibujitos para niños', podemos dedicar todo este tiempo a algo así. Se llama pasión".

Una buena explicación que vale lo mismo para los realizadores, como para los técnicos de animación españoles que, desde hace ya varios años, se encuentran entre los mejores del mundo, como lo demuestra que muchos de ellos trabajen para empresas multinacionales de prestigio.

No hay que olvidar el proceso de la animación es laborioso y que las películas tardan en hacerse una media de cuatro años, no siempre con presupuestos adecuados y, desde luego, siempre muy inferiores (en realidad, no suelen disponer ni una décima parte) de lo que gastan Pixar o DreamWorks.

Aún así, la animación española goza de una gran capacidad técnica y muestra muchas veces la misma perfección y detalle que estas grandes producciones. Por ejemplo, véanse los resultados de "Planet 51".

Mención aparte merecen las cintas para adultos "Chico y Rita", nominada a un Óscar y ganadora, entre otros, de un Goya, además del Premio de Animación en los Europeos del Cine; "Arrugas", también con un Goya y un Annie (el mayor galardón americano para una cinta de animación), y la deliciosa "O Apóstolo", premiada en Buenos Aires y a la espera de lo que suceda en los Goya de este año.

Merece la pena contar que la película de Cortizo debe su arranque a la aportación por "crowdfounding" (micromecenazgo) de 610 socios y precisó tres años de trabajo de dieciocho equipos distintos (más de un centenar de personas), que rodaron a razón de 24 fotos por segundo.

Pero si alguien ha luchado por un personaje, ese ha sido Gato.

"Las aventuras de Tadeo Jones", esa mezcla entre Indiana Jones y Súper López, que ha llegado al 3D desde sus estupendos (y premiadísimos) cortos "Tadeo Jones" y "Tadeo Jones y el sótano maldito", la ilusión de Gato, incrédulo aún del modo en que su albañil ha alcanzado la madurez: a golpe de taquilla multimillonaria.

"Los académicos lo vamos a tener complicado a la hora de elegir en la categoría este año. Pero lo importante, más allá del resultado, es que todas son ejemplos de una misma meta, de una apuesta por la revitalización de la animación, la continuidad creativa y el deseo de forjar una industria", agrega García en su reflexión para la revista de la Academia del Cine.

Y, añade, "sobretodo, de esas ganas demostrar que la animación es rentable, comercial y exportable". Nada más, y nada menos.

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