Los madrileños Vetusta Morla, profetas en su tierra

Madrid.- La tónica de la primera jornada del VI Día de la Música Heineken en Madrid ha sido buena música sin apreturas, al menos hasta que ha llegado el turno de Vetusta Morla, profetas en su tierra, al convocar ante el escenario a la mayor parte de las 13.000 asistentes de hoy al festival.

Provistos de sus camisetas "low-cost" y sus pantalones remangados -ya fueran pesqueros o por encima de la rodilla-, la modernidad madrileña tenía en el Matadero de la ciudad una de sus citas ineludibles.

Aquí han disfrutado de casi 12 horas de algunos de los mejores exponentes de la música independiente, ese cajón desastre en el que hoy ha cabido pop, rock, folk, noise, garage e incluso una corriente nueva que se llama "chillwave" (a cargo de Toro y Moi).

Los dos grandes cabezas de cartel parecen haber cumplido expectativas, empezando por los neoyorquinos The Pains of Being Pure at Heart.

Como su nombre indica ("puros de corazón"), el suyo es un pop de sonoridad cándida, pero de una vitalidad brillante, optimista y contagiosa, que ha conseguido que el público por fin despegase los pies del suelo.

Aunque por quien casi todo el mundo preguntaba en ese momento era por Vetusta Morla. Los madrileños jugaban en casa y repetían en este foro, tras abrir la edición de 2009, aunque ahora convertidos en una de las grandes esperanzas del pop nacional.

Ya sea por la expectación por escucharles o por la organización de los accesos, donde se requería cambiar la entrada de papel por una pulsera de tela, muchas personas han necesitado casi dos horas para acceder al recinto.

Con 30 minutos de retraso para aguardar a los rezagados, ha dado comienzo este concierto, que ha permitido disfrutar de sus grandes éxitos, como "Sálvese quien pueda" (con mención de apoyo a los "indignados" y a la manifestación de mañana en la capital), "Valiente" o "Un día en el mundo".

No obstante, la mayor parte del concierto ha servido para probaren directo los temas de su nuevo disco, "Mapas". En este aspecto, mejor respuesta que el single "En el río" han parecido recibir del público canciones como "Lo que te hace grande" y "Los días raros", con el que han brindado un arranque apoteósico. Aparte de los auténticos reclamos, en el festival también se han significado algunas de las llamadas actuaciones de relleno, término que se ha quedado corto para definir a artistas que, como sucede a menudo con las guarniciones gastronómicas, ha dejado tan buen sabor de boca como el plato principal. Eso ha pasado con Wild Beast, Sam Amidon o Anna Calvi.

Sam Amidon ha inaugurado el escenario Rockdelux, uno de los seis del evento. Su música folk, como un rumor lejano y apacible, ha contribuido a quitarse de encima suavemente el sopor de las horas de siesta. Sencillo acompañamiento, con un percusionista. Él ha puesto la guitarra, la voz, el banjo y el humor.

Amidon pertenece al grupo de artistas que conquista y conmueve más cuanto más fino es el hilo de voz con el que canta. Pero lo mejor es que, cuando parece que va a caer en la autocomplacencia de ese tipo de cantautor que se sabe apreciado porque parece trascendente y profundo, él aprovecha para reirse de sí mismo.

El misterio de la británica Anna Calvi consiste en transmutar la fragilidad aparente de una rubia menuda de tímido tono cuando habla al público en un torrente vocal que se crece con la canción, hasta desbordarse en los pasajes más épicos, momento en el que deja salir a una pantera de labios rojos, a una sensual femme fatale.

Bien por su trabajo con el productor Rob Ellis, bien por sus características artísticas, a esta debutante la llaman la nueva PJ Harvey y la comparan también con Patti Smith.

Su actuación de hoy habrá despertado con seguridad nuevos adeptos, casi tantos como el armonio (una especie de organillo alemán) que tocaba su compañera de banda Mally Harpez. El programa de la jornada lo han completado otras interesantes propuestas como PS I Love You, los españoles Ellos o los Crystal Fighters, que han cerrado la jornada de hoy.