Los maestros del Renacimiento se reencuentran en Chantilly

  • Los artistas más relevantes del Renacimiento encuentran a partir de hoy en el Castillo de Chantilly, a unos 40 kilómetros de París, un punto de reunión para sus obras, con "Thébaïde" de Fra Angelico, casi totalmente reconstruida, como su pieza más destacada.

Lídia Lacruz

Chantilly (Francia), 8 sep.- Los artistas más relevantes del Renacimiento encuentran a partir de hoy en el Castillo de Chantilly, a unos 40 kilómetros de París, un punto de reunión para sus obras, con "Thébaïde" de Fra Angelico, casi totalmente reconstruida, como su pieza más destacada.

Fra Filippo y Filippino Lippi, Botticelli o Sassetta se dan cita igualmente en esta exposición que realiza un recorrido por la Florencia y Siena de los siglos XIV y XV mostrando la evolución del arte en ese periodo, en la que se busca también reconstituir composiciones hasta ahora fragmentadas y dispersadas.

Las treinta obras, que estarán expuestas hasta el 4 de enero, pertenecen en su mayoría a la colección privada del Duque de Aumale, quien a su muerte en 1886 dejó todo su legado artístico al Instituto Francés, y el resto son préstamos de grandes instituciones internacionales de primer plano, como el Museo del Louvre.

"El Duque dejó escrito en su testamento que las obras no podían salir del castillo. Por eso hemos tenido que traer piezas de fuera para poder completar la exposición", explicó a Efe la conservadora general del patrimonio del Museo Condé, Nicole Garnier.

El recorrido empieza con una introducción a los polípticos, trabajos distribuidos en paneles que pueden plegarse sobre sí mismos y en los que se puede observar que la temática religiosa se apodera de la mayoría.

El viaje por la pintura del Quattrocento tiene una parada destacada en Fra Angelico (1395-1455) y su hasta ahora desconocido "Thébaïde", compuesto por seis partes que presumiblemente fueron cortadas en siglos pasados por razones puramente comerciales.

Se trata, según Garnier, de una de las composiciones más importantes de la muestra, ya que hasta ahora sus distintas piezas se encontraban dispersas en distintas partes del mundo.

Su hallazgo tuvo lugar en 2003 mientras se realizaba la limpieza de otro cuadro. Debajo de la capa superficial se encontró la imagen de un San Benito de Subiaco rezando que era obra de Fra Angelico.

En aquel momento se dieron cuenta de que esa pequeña pintura formaba parte de una composición mucho más importante, y a partir de entonces, y gracias al presidente honorario del Louvre, Michel Laclotte, se consiguió ubicar el resto de piezas que completaban el puzzle.

De las seis que se cree que componen el panel solo se han podido reunir cinco, pero Garnier espera que la última que falta pueda ser identificada gracias a esta exhibición.

Las que sí han sido identificadas hasta ahora se hallaban en diferentes museos de Filadelfia (EE.UU.) Cherburgo (Francia), Amberes (Bélgica) y una colección privada francesa, cuya colaboración hizo posible la reconstrucción casi completa del panel.

Otras de las obras expuestas, en cambio, no se han podido recomponer y por eso se ha recurrido a una reconstrucción virtual para dar al visitante un conocimiento más completo de las originales.

La gran colección que posee el Museo Condé ha aprovechado esas reproducciones para hacer un recorrido más amplio por otros autores del Quattrocento, a través de los ojos, entre otros, de Giovanni di Paolo o Sasseta.

En esa parte se rinde homenaje a los artistas sieneses y a su contribución al arte inspirado en el Renacimiento florentino.

La ruta finaliza con Sandro Botticelli (1445-1510) y uno de sus discípulos más conocidos, Filippino Lippi (1457-1504), que cierran la exposición con dos de las tres escenas de la historia de Esther, una magnífica obra en la que la autoría sigue siendo objeto de controversia entre ambos autores.

Uno de esos dos lienzos, considerados de los más seductores y poéticos del Quattrocento, es propiedad del Castillo de Chantilly y el otro fue prestado para la ocasión por el Museo del Louvre.

"Los artistas que están representados son los más grandes de su generación", remarcó Garnier, según la cual conseguir reunirlos ha supuesto "un trabajo de búsqueda exhaustivo", que no se ha cerrado del todo porque aún se discute la autoría de muchas de sus obras.

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