Los Proms de Londres cumplen 120 años con una salud de hierro

  • Los Proms de Londres cumplen 120 años como el festival de música clásica más popular y democrático del mundo, atrayendo a multitudes con su mezcla de actuaciones de primera y precios accesibles.

Los solistas más famosos y los espectadores alaban por igual el ambiente de los BBC Promenade Concerts, los Proms, a secas, con sus peculiaridades, sus tradiciones y su vocación de que todo el mundo -pobres y ricos, viejos y jóvenes- puedan disfrutar de la música clásica.

El festival, creado en 1895, dura ocho semanas y la mayoría de los conciertos tienen lugar en el Royal Albert Hall, el magnífico teatro circular de estilo italiano de Londres. Unas 300.000 personas asistieron a los 88 conciertos de la edición 2014.

En el programa de los Proms hay lugar para el cruce de géneros como no ocurre en ninguno de los otros grandes festivales.

Así, en la presente edición se vivió una noche dedicada a la música electrónica de Ibiza que unió a un disc-jockey con una orquesta clásica, u otra velada dedicada a Frank Sinatra.

Los precios de las entradas también son más asequibles que en otros grandes festivales como Bayreuth y Salzburgo.

Parte del encanto de los Proms es la tradición del "Promming", que consiste en hacerse con una de las 1.350 entradas disponibles el mismo día del concierto a sólo 5 libras ($7,80, EUR7).

Estas entradas permiten situarse de pie frente a la orquesta. "La mejor posición del teatro es la más barata", dijo a la AFP el actor Ian McKellen, de "El señor de los anillos", justo después del concierto de los interludios de "Peter Grimes", de Benjamin Britten.

"Sólo cinco libras, en comparación con las 60 del lugar donde se sienta la reina", insistió, señalando los balcones de la parte posterior.

"Es toda una subversión de la norma", sentenció.

Los espectadores veteranos del festival y los novatos forman una cola ordenada por una de esas entradas de pie.

"Vi los Proms en la televisión cuando era una niña, así que estoy muy emocionada de estar aquí", dijo Leanne Schmidt, de Yorkshire, en el norte de Inglaterra.

Daniela Cechova, una psicóloga de la capital de Eslovaquia, Bratislava, trajo a su hija de 15 años, Nela.

"Quería que mi hija experimentara lo mismo que yo hace 15 años. He venido tres veces en cinco días. Fue impresionante. La música y el lugar son fantásticos", dijo.

Christian Holt es un londinense que ha recurrido al "promming" 20 veces, atraído por la "variedad y calidad" de los conciertos, aunque tiene una queja: "la acústica es sólo correcta. Las hay mejores, es lo único que no me seduce".

Naïk Lashermes, una francesa de 30 años residente en Londres, ha asistido a una docena de conciertos en cinco años.

"Es la calidad de los músicos, más el hecho de que es prácticamente gratis. Es el ambiente típico de un festival pero en el mundo de la música clásica", dijo.

Los Proms han vuelto a la emisora mundial de radio de la BBC (BBC World Service) después de una pausa de cinco años.

La temporada 2015 comenzó el 17 de julio y culmina el 12 de septiembre con la tradicional última noche de los Proms, en que los espectadores cantan con la orquesta temas patrióticos como "Rule Britannia" y "Land of Hope and Glory" y que es una celebración única de lo británico.

Justo cuando se cumplía el 120º aniversario del primer concierto, la violinista estrella británica Nicola Benedetti interpretó el "Concierto para violín en re mayor, Op. 35" de Erich Wolfgang Korngold.

Su actuación fue saludada con bravos, vítores, y el estruendo del picar de los zapatos en el suelo.

Benedetti dijo que tocar en los Proms fue "lo mejor" que había vivido.

"Es como ningún otro en la fuerza que viene de la audiencia. Es bastante único", dijo a la AFP.

"No te sientes solamente como si estuvieras dando algo a la gente, sientes que te dan algo a cambio".

En la puerta de los músicos, estos se despiden y atienden a estudiantes que vienen buscando consejos técnicos.

Eva Malmbolm, de Suecia, que toca la viola en la orquesta inglesa Sinfónica de Bournemouth, explicó que tocar en los Proms es "un poco como una olla a presión".

"Es eléctrico, un ambiente increíble y un lugar muy emocionante para tocar. Creo que nadie se va sin una sonrisa en la cara".

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