Luis Mínguez propone un paseo literario por la historia del cine periodístico

  • Lara Olmo.

Lara Olmo.

Madrid, 6 ene.- Desde los orígenes del Hollywood clásico, el séptimo arte ha dado muestras de ineludible atracción por la profesión periodística. Una sólida unión que recoge y recorre el informador Luis Mínguez Santos en el libro "Periodistas de cine" para deleite de cinéfilos y compañeros de profesión.

"Primera plana", de Billy Wilder, "El cuarto poder", de Richard Brooks, o "Corredor sin retorno", de Samuel Fuller, son sólo algunos de los más de 120 títulos que el autor recoge en el que es la primera obra en lengua castellana que analiza la relación entre el séptimo arte y el cuarto poder.

En su obra, publicada por T&B Editores, Mínguez habla de un "cuasi subgénero" para referirse al cine periodístico, una categoría que ha reafirmado a Efe en una entrevista. "A lo mejor es arriesgado, pero la gran cantidad de películas que existen relacionadas con el periodismo así lo demuestra".

De hecho, añade, el periodístico es "el colectivo profesional más retratado por el cine después de los policías".

Una predilección que el autor achaca al atractivo inherente de la profesión: "Da juego porque está relacionada con la intriga, la investigación o la fama, elementos que permiten vehicular la acción de forma vistosa".

Lejos del cliché de "comparsa" arrojando "preguntas a bocajarro", para el autor el cine le ha dado a la clase periodística un tratamiento específico "cada vez más certero".

Aunque tampoco se ha salvado de la sátira y el ridículo, como en "Scoop", de Woody Allen, o "Los hombres que miraban fíjamente a las cabras", de Grant Heslow.

El inventario que recoge "Periodistas de cine" recorre la producción cinematográfica desde el Hollywood clásico de los años treinta, hasta nuestros días.

No importa tanto la calidad como la importancia que los films le dan a la profesión periodística y sus distintos enfoques. "Aunque no faltan obras cumbres de la filmografía mundial", matiza Mínguez.

Si una destaca por encima del resto es "Todos los hombres del presidente", el relato del mayor caso de investigación periodística de la historia que acabó con la dimisión del presidente Nixon, y no por su factura, sino por ser ejemplo "canónico" del cine periodístico.

Ya sean héroes modernos, profesionales sin escrúpulos, o patanes, el medio de comunicación que más seduce a las historias de la gran pantalla es precisamente la pequeña. "La televisión es más vistosa, un medio de masas, y el que, aunque nos duela reconocerlo, más poder tiene para distorsionar la realidad y convertirla en espectáculo".

"Asesinos natos", de Oliver Stone, o "El show de Truman", de Peter Weir, son claros ejemplos de ello.

La predilección de Hollywood por el mundo de la información y la comunicación contrasta con el desdén de la cinematografía española, "más centrada en la comedia y en la Posguerra y Guerra Civil".

"Cómo ser mujer y no morir en el intento", dirigida por Ana Belén, la primera entrega de la saga "REC", de Jaume Balagueró y Paco Plaza, o "La chispa de la vida", de Álex de la Iglesia, son algunas de las pocas producciones que le han prestado atención de una forma u otra, concluye Mínguez.

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