Madoz muestra en San Sebastián los objetos manipulados de la cotidianeidad

  • San Sebastián.- El fotógrafo madrileño Chema Madoz expone estos días en Barcelona, Milán, Colonia y Amsterdam y, desde hoy, también en San Sebastián, donde muestra parte de su trabajo del periodo 2000-2005, en el que se apartó del cuerpo humano para dar otro sentido a los sencillos objetos cotidianos.

San Sebastián.- El fotógrafo madrileño Chema Madoz expone estos días en Barcelona, Milán, Colonia y Amsterdam y, desde hoy, también en San Sebastián, donde muestra parte de su trabajo del periodo 2000-2005, en el que se apartó del cuerpo humano para dar otro sentido a los sencillos objetos cotidianos.

"Poética" es el título bajo el que se han reunido en la sala Okendo de la capital guipuzcoana 32 imágenes del artista, que estarán expuestas hasta el próximo 21 de mayo.

Son un tercio de la gran exposición que produjo el Ministerio de Cultura en 2006 con motivo de la concesión a Chema Madoz del Premio Nacional de Fotografía en el año 2000 y que desde entonces ha viajado por numerosos países.

En San Sebastián recala tras su paso por Pekín y antes de visitar Moscú y Kazán este verano, ha explicado hoy en su presentación el comisario de la muestra, Borja Casani.

Marcos de madera que dan forma a una corbata, una corbata empleada como marcapáginas, la escuadra y el cartabón como velas de un barco y un pequeño avión como punta de flecha son algunas de las obras expuestas.

Las imágenes, todas ellas carentes de título, no las entrega al observador como algo que haya que adivinar, pues como ha señalado Casani "el jeroglífico ya lo ha resuelto él y lo muestra para que lo completemos".

"Madoz plantea retratos de ideas, pero realiza ese trabajo, de gran profundidad conceptual, de una manera tan sencilla y tan evidente que le concede al espectador la posibilidad de interpretarlo con toda naturalidad, y eso hace que sea uno de los artistas más populares que hay por los alrededores", ha destacado Casani.

Sus trabajos en blanco y negro, como el que convierte en enseña comunista una simple tabla de herramientas provista de hoz y martillo, son el resultado de una labor artesanal, en la que después de creado el objeto, lo fotografía con luz natural.

La obra de este periodo la sitúa Casani en una etapa intermedia de la trayectoria de Madoz, la posterior a sus fotografías del cuerpo humano y la anterior a la utilización de objetos de gran tamaño, que le han llevado a su vez a aumentar el de las fotos, algunas con medidas 2,5 por 2,5 metros.

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