Manzanares triunfa y Talavante cuaja una gran faena en Gijón

  • El diestro José María Manzanares, con una oreja en cada toro de su lote, se llevó hoy el gato al agua en el sexto festejo de feria en Gijón, en el que salió a hombros, mientras que Alejandro Talavante fue autor de una gran faena a su primer astado, premiada con un trofeo.

Gijón, 16 ago.- El diestro José María Manzanares, con una oreja en cada toro de su lote, se llevó hoy el gato al agua en el sexto festejo de feria en Gijón, en el que salió a hombros, mientras que Alejandro Talavante fue autor de una gran faena a su primer astado, premiada con un trofeo.

FICHA DEL FESTEJO.- Cinco toros de Núñez del Cuvillo y un sobrero -el primero- de El Pilar, bien presentados, blandos y sin raza, que apenas aportaron para el lucimiento de los toreros. Las excepciones fueron, tercero y quinto.

Sebastián Castella, silencio y ovación.

José María Manzanares, oreja y oreja.

Alejandro Talavante, oreja y ovación.

La plaza tuvo tres cuartos de entrada.

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EL MEJOR SALIÓ A PIE

El francés Castella pasó como un halo por la feria de Gijón, y lo hizo por falta de oponente propicios.

Su primero fue un sobrero de El Pilar que se defendió mucho en la muleta por sus pocas fuerzas, con el que Castella estuvo más bien discreto a pesar del esfuerzo realizado.

El cuarto tampoco fue toro apto, noblote pero muy justo de todo, y el francés, que anduvo siempre con suavidad y sin forzar a su oponente, logró muletazos aislados antes de acortar terrenos en el epílogo. No estuvo acertado con los aceros.

Manzanares llevó a cabo una primera faena ligerita y ayuna de ritmo ante un toro sin raza que apenas transmitió nada. Faena de pases de uno en uno, largos y estéticos, pero sin compactar por la falta de hilván. No obstante, gustó a la gente, que le premió con un trofeo.

Una oreja más paseó del quinto, un toro bueno, aplaudido en el arrastre, con el que Manzanares anduvo más reunido en una bella labor de muletazos plásticos y al ralentí, pero sin profundidad, o lo que es lo mismo, toreando siempre "para afuera" en lugar de llevarse la embestida del repetidor animal hasta más allá de la cadera.

Lo mejor y más puro de la tarde corrió a cargo de Alejandro Talavante. A su primero lo toreó con un gusto y una naturalidad propias de un torero que atraviesa un momento de madurez extraordinario. Faena de notable argumento artístico y abrochada con adornos y remates muy a modo. Cortó solo una oreja por el pinchazo que precedió a la estocada final.

El sexto fue toro bronco y reservón, con el que Talavante anduvo firme y entregado, aunque sin suerte con los aceros.

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