Marcel Rasquin trae el nuevo cine venezolano a España con su ópera prima "Hermano"

  • Madrid.- El cineasta venezolano Marcel Rasquín tiene 34 años, ha estudiado cine en Australia y su ópera prima, "Hermano", que ha sido premiada en festivales tan dispares como Moscú, Marsella o Villaverde, en Madrid, llega este jueves a España como abanderado del nuevo cine que se hace en Venezuela.

Marcel Rasquin trae el nuevo cine venezolano a España con su ópera prima "Hermano"
Marcel Rasquin trae el nuevo cine venezolano a España con su ópera prima "Hermano"

Madrid.- El cineasta venezolano Marcel Rasquín tiene 34 años, ha estudiado cine en Australia y su ópera prima, "Hermano", que ha sido premiada en festivales tan dispares como Moscú, Marsella o Villaverde, en Madrid, llega este jueves a España como abanderado del nuevo cine que se hace en Venezuela.

"Hermano" es la historia de dos "chamos", dos chicos de barrio, que tienen visiones de la vida muy diferentes, pero que se quieren mucho, y que tienen que lidiar con un oportunidad única, que no se pueden perder, justo cuando el dolor y la tristeza es tan grande que no te cabe en el pecho", explica Rasquin en una entrevista con EFE.

Rodada íntegramente en un barrio de infraviviendas del área metropolitana de Caracas, "Hermano" es una ficción y no un documental, puntualiza el director, a quien "ofende" que le digan que hace cine social: "Hago cine humano, no es una denuncia".

Pero lo cierto es que recuerda a otras más brutales, como "La ciudad de dios", de Fernando Meirelles y Katia Lund, o la colombiana "María, llena eres de gracia", de Joshua Marston, con la diferencia de que "acaba bien". O todo lo bien que puede acabar.

Pero la película, que fue preseleccionada en su país para competir en los Óscar, también habla de cómo la vida compensa el talento aunque se nazca en un lugar violento.

"La película tiene algo exótico y colorido al principio, pero camina hacia algo más universal, que es lo que le hace conectar con el público", explica.

De hecho, Rasquin entiende como "un enorme regalo" los premios recibidos por "Hermano", pero también "un gran augurio, porque la película también se sacó el premio del público, y eso corrobora que la gente se conecta igual en Moscú y en Madrid.

Y colaboran en ello definitivamente los actores, no profesionales en su mayoría, a los que Rasquín "prohibió" actuar: son Fernando Moreno (Daniel) y Eliú Armas (Julio), respaldados con toda solvencia por Marcela Cirón (la madre).

Rasquín reconoce que su vida "está un poco ahí", aunque nunca fue un niño de barrio, pero se emociona cuando recuerda que su abuela "hace tortas", igual que la madre de los muchachos.

Adorador de Quentin Tarantino, Clint Eastwood y Alejandro Amenábar, el próximo proyecto del director, que también tiene varios importantes premios como publicista, es hacer "cine independiente en Los Ángeles", en concreto la historia de un científico que no ha logrado hacer lo que esperaba y está a punto de conseguirlo.

"Todas las cinematografías del mundo tienen que defenderse de la 'avalancha', porque el cine americano es eso, pero es que el cine es tan bonito que debía guardar espacios también para el independiente, para el cine de autor: ahí también se aprende de la vida", afirma este joven que supo cuál sería su profesión tras ver una copia en súper 8 de "La guerra de las Galaxias".

Desde "Hermano", Rasquin muestra una realidad violenta, cruel, y a veces, hasta sádica, pero también desvela mundos de ilusiones, de ideales y proyectos que tienen estos jóvenes, chicos normales que piden a gritos la normalización de sus vidas, que aman a sus familias y que son capaces de cualquier cosa por salir adelante.

Explica con pasión que Venezuela sí quiere preservar su cine y agradece que los cineastas que le precedieron pelearan por la Ley de Cine y por crear "un fondo económico que sostiene películas sin el albur de las decisiones de los gobiernos".

"En Venezuela, lo fácil es rendirse, y decir: 'si estuviera en Los Ángeles, en Madrid, en Nueva York, en Barcelona, yo sí haría cine, pero ¿aquí?'. Eso es flojera", zanja este novato que considera el éxito un modo de "encadenar un fracaso tras otro sin perder el entusiasmo".

Por Alicia G.Arribas.

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