Maria Rovira recupera la Barcelona flamenca olvidada y el Somorrostro de Amaya

Barcelona.- La coreógrafa Maria Rovira al frente de Trànsit Dansa rinde homenaje a partir de hoy a la multiculturalidad barcelonesa en un "viaje de mapa y sentimientos" en el que juega "con mucho respeto" con el flamenco y estrena un espectáculo dedicado al antiguo barrio gitano barcelonés del Somorrostro.

Hasta el 12 de septiembre, Rovira pone en escena en el Teatro Romea de Barcelona un programa doble que culmina con el estreno de la coreografía "Somorrostro", dedicada a un barrio gitano "borrado" de la ciudad en cuya playa aprendió a bailar Carmen Amaya.

Para el viaje al lugar de nacimiento de Amaya, la coreógrafa catalana pondrá a bailar entre el 31 de agosto y el 12 de septiembre a nueve intérpretes de danza contemporánea de su compañía Trànsit Dansa.

Ha investigado sobre esa parte de la Barcelona de la década de 1950 hasta 1960, que aparecerá en el escenario en imágenes de vídeo, y sobre Carmen Amaya, a quien "Barcelona le debe tanto" y a la que dedicará un espectáculo el año próximo.

Mientras da los últimos toques a "Somorrostro" y a su recorrido por todo "lo que se iba borrando y creciendo", la coreógrafa catalana arranca su programa entre hoy y el 29 de agosto con "Paso distinto" y "No man's land" (tierra de nadie).

Esa primera parte del programa corre a cargo de ocho bailaoras de flamenco "puro y duro" de la compañía profesional de Flamenco de Granada pasados por su tamiz de danza contemporánea que nunca hasta ahora habían bailado en ese registro.

Juegan las bailarinas y la coreógrafa con el flamenco en "Paso distinto", zapatean a ritmo de contemporáneo, y juegan con la bata de cola al ritmo de Falla dándole la vuelta y subiéndola hasta el cuello con un efecto visual de clavel en una coreografía "amena y divertida", según Rovira.

Recupera la coreógrafa en "No man's land" un espectáculo estrenado en el Joyce Theatre de Nueva York con interpretación del Ballet Hispano con música de Joan Albert Anmargós, Salvador Niebla y voz de Ginea Ortega.

Cuando su compañía cumple un cuarto de siglo, Rovira vuelve a poner en escena ese montaje inspirado por la sensación que sentía cuando viajaba mucho "y te sentías en tierra de nadie".

Esa obra emblemática en la que el aire flamenco se combina con la contemporaneidad de las bailarinas está inspirada en la lectura de "Caçadors d'instants" del filósofo Rafael Argullol.

Mientras prepara el estreno absoluto de "Somorrostro", con el recuerdo desdibujado "que nos trae mucha emoción" y que muchos bailarines no conocían de la Barcelona gitana, la coreógrafa ha vuelto a ver la película "Los Tarantos", dirigida en 1963 por Franciso Robira Beleta y protagonizada por Antonio Gades y Carmen Amaya.

Seleccionada para los Oscars de Hollywood a la categoría de mejor película extranjera, el filme se consideró testamento cinematográfico de Carmen Amaya, quien falleció poco después del rodaje.

Además de llamar la atención sobre el hecho de que Amaya no tiene más que una estatuilla en un rincón de Montjuïc, Rovira ha recordado que esa etapa del Somorrostro a través de la bailaora gitana significó una especie de pacto "de ciudad burguesa catalana de la época que tuvo que participar en otras culturas", en una época, la actual, en la que se está viviendo la llegada de más emigrantes.

Rovira y su compañía repiten escenario en el Romea barcelonés, donde estrenaron "El salt de Nijinsky", espectáculo que ha girado por toda Argentina y que viajará en septiembre a Santo Domingo.