Màrius Serra recrea el entorno familiar de Ferran Sunyer en "Plans de futur"

  • Huyendo del sentimentalismo, provocando al lector con una sonrisa en muchos momentos, el escritor Màrius Serra recrea en su nueva novela "Plans de futur" (Planes de futuro) el entorno familiar del matemático catalán Ferran Sunyer, tetrapléjico y autodidacta, realzando las figuras de sus primas.

Irene Dalmases

Barcelona, 24 feb.- Huyendo del sentimentalismo, provocando al lector con una sonrisa en muchos momentos, el escritor Màrius Serra recrea en su nueva novela "Plans de futur" (Planes de futuro) el entorno familiar del matemático catalán Ferran Sunyer, tetrapléjico y autodidacta, realzando las figuras de sus primas.

En una entrevista con Efe, Serra, que obtuvo con la obra el último premio Sant Jordi, rememora que todo empezó después de que el productor Xavier Atance le comentara en 2008 que había descubierto la figura de Sunyer, un personaje desconocido para el gran público, a pesar de sus importantes aportaciones matemáticas a mediados del siglo XX, y que consideraba que merecía una película.

El escritor empezó a pensar en ello y tras leer su biografía y consultar diversos documentos quedó fascinado, sobre todo por su entorno familiar. "No sé si Sunyer tenía película, pero lo que sí tenía era novela", afirma contundente.

Publicada por Proa, en su nuevo título se adentra en la peripecia vital del matemático, desde su nacimiento en 1912 hasta su fallecimiento en Barcelona en 1967, pero poniendo el foco sobre su madre y sus primas hermanas, Maria y Àngels Carbona, dos mujeres de gran capacidad y belleza, que estuvieron siempre a su lado, dedicándole la vida, empujando su silla de ruedas.

El libro, mantiene Serra, se fundamenta en muchos contrastes y paradojas, "empezando por el propio Sunyer -que aparece como Ferri en la mayoría de las páginas- un cuerpo colapsado con una mente brillante".

Las hermanas Carbona que retrata en el texto son dos personas "llenas de vida, en ningún caso esclavizadas por su primo, en todo caso, enamoradas de él, que se convierten en las protagonistas de la obra, aunque el eje gire en torno a Ferri".

Por otra parte, reconoce que el hecho de que no haya descendientes de los Sunyer y los Carbona ha facilitado su trabajo a la hora de elucubrar y crear su vida privada, con episodios que el lector acabará interpretando según desee, desde un posible enamoramiento del matemático a una relación sentimental entre el padre de las Carbona y la madre de Sunyer.

"Me he encontrado con un regalo -sostiene Serra- porque se trata, por sí misma, de una familia de novela, con dos muertos al principio, un padre que huye a no se sabe dónde, una madre que queda con cuatro pequeños, uno de ellos 'lisiado', y todo sin que haya descendientes, porque con hijos y nietos de esta gente, éste hubiera sido otro proyecto literario".

Además, la novela le sirve para tratar la relación que mantuvieron en su juventud Maria Carbona y el pintor Salvador Dalí durante sus encuentros en el Empordà, puesto que todos eran originarios de la zona.

Serra recuerda que en 1925, Dalí plasmó en un retrato a Maria Carbona, un lienzo que las hermanas acabaron vendiendo en 1970 al Museo de Bellas Artes de Montreal para poder pagar los derechos reales sucesorios de Mas Batlle de Vilajoan (Girona), un lugar en el que acabaron pasando el resto de sus días.

El escritor tampoco olvida en este friso la presencia intermitente del hermano de las Carbona, Ferran, un exiliado en París que en 1976 replicó al entonces presidente del gobierno Adolfo Suárez que la lengua catalana sí era apta para las prácticas científicas, poniendo de ejemplo a su primo Ferran Sunyer, quien, a pesar de sus limitaciones físicas, acabó firmando un contrato para la US Navy para un programa de investigación.

Aunque la novela está "muy concentrada en una familia de puertas para adentro", Màrius Serra también abre ventanas y no obvia que durante el período que describe España pasó por la dictadura de Primo de Rivera, una guerra civil y el franquismo.

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