Mark Millar, el reformulador de los superhéroes

  • El escocés ha sido responsable de gran parte de la reformulación del universo Marvel y es el autor de las historias que inspiraron películas como 'Wanted' o la inminente 'Kick-Ass'.
El guionista Mark Millar, dispuesto a dar una patada en el culo de los superhéroes.
El guionista Mark Millar, dispuesto a dar una patada en el culo de los superhéroes.
lainformacion.com
Julio Vallejo / Aviondepapel.tv

"Mark Millar deconstruye el concepto de héroes lo suficiente como para que nos preocupen sus posibilidades cuando el mundo realmente necesite que lo salven, y que sea realmente excitante cuando lo consiguen. Sus guiones son impecables: divertidos, sórdidos, viciosos e inesperadamente humanos". Las palabras de Joss Whedon, creador de la serie de culto Buffy Cazavampiros, definen perfectamente el talento y el estilo de un escocés que ha revolucionado el cómic de superhéroes.

Autor, autor

Millar se ha convertido en lo que en cine se llamaría un verdadero autor. Sus tebeos se venden simplemente por incluirle a él en los créditos y sus obras tienen elementos que llevan inequívocamente su sello.

Los arriesgados planteamientos argumentales, el gusto por introducir referencias cinematográficas, el humor nada inocente, la violencia descarnada y unos personajes que, pese a los superpoderes, tienen los mismo defectos e incluso más que el resto de los humanos son los rasgos de estilo de un escritor capaz de reformular a Los Vengadores, darle un nuevo impulso a los X-Men o crear series propias de la mala baba y el talento de Wanted y Kick-Ass, ambas llevadas recientemente a la gran pantalla.

Amante de los tebeos

No obstante, y como se suele decir castizamente, Millar fue cocinero antes que fraile.

Su pasión por los tebeos de superhéroes comenzó a la temprana edad de siete años, cuando su hermano le regaló el número de Amazing Spiderman donde se narra la muerte de Norman Osborn, el que fuera el primer Duende Verde. Sin embargo, no fue hasta mediados de los ochenta, cuando, después de conocer al gran Alan Moore, responsable de novelas gráficas del calibre de Watchmen o V de Vendetta, decidió que su carrera podía ser la de guionista de tebeos.

Comienzos

El momento crucial para dedicarse a los cómics llegó después de abandonar la universidad. Fue entonces cuando dio sus primeros pasos en editoriales británicas como Trident Comics, Egmont o Rebellion Developments. Allí el escocés desarrolló su talento provocador.

Por poner un ejemplo de su carácter rupturista, en uno de estos primeros títulos, Saviour, Millar convertía a Jesucristo en un superhéroe que luchaba contra el Anticristo.

DC Comics

Su fama creciente hizo que DC Comics, la casa de Superman, requiriera sus servicios. Allí se encontró con el gran dibujante Bernie Wrighston, con el que trabajó en La Cosa del Pantano. Del mítico monstruo pasó a encargarse de números de Flash, la reformada Liga de la Justicia o Superman. Una de las incursiones de Millar en las aventuras del más famoso habitante de Krypton, titulada Superman: Red Son, resultó realmente curiosa y muy propia de sus siempre ingeniosas ideas: el cómic nos contaba cómo hubiera sido la vida del superhéroe si, en vez de aterrizar en Estados Unidos procedente de su planeta, lo hubiera hecho en la URSS.

No obstante, su relación con DC se vio afectada por su manera de abordar The Authority, una serie que intentaba situar a un grupo de superhéroes en el mundo real. La excesiva violencia y algunas escenas de destrucción masiva no gustaron demasiado a la algo conservadora compañía, que le censuró en varias ocasiones.

X- Men

Marvel, la gran rival de la casa de Batman, esperaba con los brazos abiertos al escocés. Allí destacaría por su trabajo en Ultimate X-Men, donde reformuló a los más famosos mutantes del cómic. No obstante, Millar no dejó de moverse en el universo Marvel, regalando curiosidades como "Civil War", una historia sobre una guerra que divide a los superhéroes entre los que quieren estar en un registro de superseres y los que no, y "1985", una novela gráfica donde un chaval se une a los superhéroes para salvar al mundo de los villanos. Millar, un apasionado del universo Marvel, también dejaría su impronta en personajes como Spiderman, Lobezno o Los Cuatro Fantásticos.

The Ultimates

Sin embargo, quizá su mejor trabajo para Marvel sea The Ultimates, la renovada interpretación de Los Vengadores. En esta remozada versión, los miembros del grupo parecen estar más preocupados por sus luchas personales que por las que tienen con los supervillanos. La inseguridad amorosa de Bruce Banner, alias Hulk; las peleas domésticas entre el Hombre Gigante y Avispa; la locura de un Thor hippie o los problemas de adaptación a los nuevos tiempos de un descongelado Capitán América eran tan importantes como las escenas de acción dibujadas por Bryan Hitch. La importancia de este peculiar lifting es tal que la esperada adaptación cinematográfica de Los Vengadores, dirigida por Joss Whedon, parece que se basará en la peculiar reformulación de Millar.

Proyectos personales

Pese a su éxito en Marvel, en los últimos años, el guionista se ha preocupado especialmente de algunos cómics que pueden considerarse más personales. En este sentido, las dos obras que más le han dado a conocer fuera del circuito tradicional de superhéroes han sido Wanted y Kick-Ass, dos muestras de su carácter rompedor y gamberro.

Wanted nos cuenta la historia de un pringado que deja de serlo cuando descubre que es el hijo de un hampón que fue el jefe de los villanos. Por otra parte, Kick-Ass presenta a un adolescente que, sin tener ningún poder, se lanza a las calles vestido con un esquijama que le hace parecer un superhéroe. Ambas, aunque lo pueda parecer a simple vista, no son obras para mojigatos: hay una violencia extrema y un humor peculiar no aptos para todos los públicos.

Sin embargo, pese a ello, las dos novelas gráficas han sido grandes éxitos de ventas que han propiciado, a su vez, sus correspondientes versiones cinematográficas. Lejos de achantarse, Millard ha vuelto a sorprender con Némesis, un cómic que parte de una perturbadora premisa: ¿Y si Batman fuera Joker?

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