México rehabilita para sí una impresionante iglesia del siglo XVI en Venecia

  • México rehabilitará una impresionante iglesia del siglo XVI de Venecia para volver a hacerla accesible a los visitantes y establecer en ella un espacio cultural y expositivo propio, con el que participar en los distintos eventos de la Bienal de la Ciudad de los Canales.

Miguel Cabanillas

Venecia (Italia), 27 ago.- México rehabilitará una impresionante iglesia del siglo XVI de Venecia para volver a hacerla accesible a los visitantes y establecer en ella un espacio cultural y expositivo propio, con el que participar en los distintos eventos de la Bienal de la Ciudad de los Canales.

La iglesia, cuya forma actual data de 1592, pero que se asienta sobre las bases de una construcción del siglo IX que también se intentan sacar a la luz, se convertirá así en el espacio permanente más particular y llamativo de los que acogen las distintas propuestas artísticas de la Bienal de Venecia.

Este templo religioso, uno de los más antiguos y peculiares de la ciudad italiana, ha estado cerrado al público durante tres décadas, pero con motivo de la inauguración hoy del espacio mexicano en la Bienal de Arquitectura, sus organizadores han permitido unos pocos metros de acceso para contemplarlo en su ruinoso esplendor.

"La idea es la de recuperar espacios abandonados. Es la filosofía de la recuperación y de salir de las lógicas de mercado y la especulación inmobiliaria. Hay planes en México de poder dedicar este espacio a obras de teatro y exposiciones de alto nivel", explica en una entrevista con Efe Gastón Ramírez, responsable del proyecto en Venecia.

La iglesia de San Lorenzo, situada en la plazoleta del mismo nombre, en su estado actual data del siglo XVI, cuando la abadesa Paola Priuli ordenó una nueva restauración tras los distintos sucesos que hicieron deteriorar el edificio, como un incendio en 1106.

El edificio adoptó entonces unas dimensiones más grandes, con forma cuadrada, al gusto del tardo Renacimiento, y con el tiempo terminó convirtiéndose en un centro de cultura, en particular un espacio para la música, hasta dejar de ser finalmente un templo religioso en 1920.

De hecho, las autoridades de Venecia se plantearon entonces, incluso, derruir esta iglesia y erigir en 1924 encima un nueva Casa de la Juventud Fascista o levantar una piscina municipal en su lugar ya en 1953.

Estas ideas finalmente no se llevaron a cabo y ello ha permitido que hoy, a pesar de estar cerrada y derruido gran parte de su interior, aun desde fuera se pueda contemplar su majestuoso tamaño, con una fachada de ladrillo y con un interior distribuido en dos naves transversales de entre 500 y 600 metros cuadrados y 18 metros de altura.

Aun ahora se puede contemplar casi intacto el gran altar que separa los dos espacios en los que antaño se dividía este templo: uno para los fieles que acudían a él y el otro para el coro de las monjas benedictinas que vivían en el monasterio aledaño y cuyos cánticos hacían llegar al otro lado.

"Es de un valor incalculable llevar a cabo este proyecto. En términos institucionales y de visibilidad también, más allá del prestigio que implicaba abrir un espacio que estaba cerrado al público", comentó Ramírez.

La financiación que México aportará a este proyecto es de 1,1 millones de euros (1,3 millones de dólares) más gastos aleatorios, con los que se podrá asegurar que el techo quede en buen estado como para que los visitantes puedan entrar en él ya a mediados de 2014.

Según Ramírez, habrían hecho falta unos 40 millones de euros (50 millones de euros) para poder restaurar por completo la iglesia de San Lorenzo, en cuya planta principal, junto al gran altar, se prevé situar una tarima para las exposiciones que permita tenerla abierta como pabellón de México durante, al menos, nueve años.

Guiados por esa idea de rehabilitación de espacios antiguos, México expone a la entrada de este templo religioso la que es su propuesta específica para esta Bienal de Arquitectura, una exposición titulada "Cultura en construcción. El colectivo en los espacios culturales" con trece trabajos de otros tantos arquitectos.

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