Miguel Bosé reconoce ser un padre estricto

El cantante español trata de inculcar a sus dos hijos, Diego y Tadeo, un respeto escrupuloso por las normas de convivencia y, aunque admite que no le gusta presentarse como un padre autoritario ante ellos, cree que la clave para ser un buen padre es mantener un punto de equilibrio entre la permisividad y la firmeza. "Creo hasta cierto punto en el dicho de que hay que dejar que los niños se expresen, pero hay que saber también establecer límites. Diego y Tadeo deben jugar, no estar inhibidos y ser totalmente abiertos conmigo, pero también tienen que respetar las reglas e irse a dormir cuando yo se lo digo. Cuando cumplan 18 años podrán hacer lo que quieran, pero mientras vivan en mi casa deben obedecerme", aseguró el intérprete a la edición italiana de la revista Grazia.El veterano artista está convencido de que ha heredado esa mentalidad de sus padres, el torero Luis Miguel Dominguín y la actriz italiana Lucía Bosé, quienes le transmitieron durante su niñez dos perspectivas opuestas a la hora de educarle. "Tengo el pedigrí de una mujer italiana arrebatadora y de un torero excesivamente estricto y conservador, lo que resultó en una infancia muy contradictoria. Tuve una educación muy rígida y me perdí muchas oportunidades por las prohibiciones de mi padre. Por otro lado, mi madre estimulaba más mi creatividad y era la responsable de que vinieran a casa gente como Picasso o Hemingway. Pero de mis dos padres heredé grandes cosas: la fuerza y el dinamismo", explicó.Aunque su carácter metódico como padre no le ha impedido continuar exitosamente con sus compromisos profesionales, Bosé asegura que no quiere separarse de sus hijos en ningún momento, por lo que estos le acompañan en todo viaje que realiza por el mundo."Diego y Tadeo siempre están conmigo, incluso en el medio de la nada. Mi prioridad es que nunca estemos separados si podemos evitarlo. Tengo claro que transmitirles amor es incluso más importante que enseñarles disciplina", concluyó.