Miguel del Arco presenta un "Misántropo" contemporáneo en busca de la verdad

  • El individuo enfrentado a la sociedad, que se planta ante ella buscando la verdad y que grita por el cambio. Este es el conflicto que plantea "Misántropo", la versión libre de Miguel del Arco del texto de Molière, realizado con una "visión contemporánea" que mantiene la esencia del original.

Madrid, 15 abr.- El individuo enfrentado a la sociedad, que se planta ante ella buscando la verdad y que grita por el cambio. Este es el conflicto que plantea "Misántropo", la versión libre de Miguel del Arco del texto de Molière, realizado con una "visión contemporánea" que mantiene la esencia del original.

Así lo afirma Del Arco, quien ha presentado hoy en el Teatro Español de Madrid esta obra, junto al resto de actores de la compañía Kamikaze Producciones, encabezados por Israel Elejalde, Bárbara Lennie, Manuela Paso y José Luis Martínez.

Esta versión, que podrá verse del 23 de abril al 22 de junio, nació de la empatía que Del Arco siente por el texto,ya que este se ha ido "enredando" a lo largo de toda su vida, desde que estuvo presente en su primer guión cinematográfico: "De algún modo o de otro, tenía que acabar por salir", ha comentado el también director de la producción.

De la misma forma, "Misántropo" es el resultado de un proceso de trabajo grupal que la compañía ha venido realizando desde antes de la escritura, y con el que han tratado de desentrañar el "dolor brutal" que vive el protagonista, Alcestes.

Este sufrimiento "redentor" será el que dé lugar a un impulso irrefrenable hacia la búsqueda de la verdad, relacionada con "la justicia, la belleza y el amor", según el actor que da vida a Alcestes, Israel Elejalde.

La acción, que originariamente se sitúa en los salones de la clase privilegiada del siglo XVII, ahora transcurre en una fiesta de una gran corporación, en el patio en el que los empleados salen a "fumar, beber y drogarse".

"Un callejón infecto", resume el director, que indica que es un lugar donde "todos salen abominando de lo que pasa dentro de la fiesta, pero todos quieren volver a entrar".

Allí será donde el protagonista intentará hacer su "aportación" a la sociedad para cambiarla, a pesar de que en sus encuentros con el resto de personajes hará frente a su misantropía, que como defiende Elejalde, no brota de una "superioridad moral".

"Él rechaza al género humano por el dolor de no sentirse reconocido en los demás individuos", afirma el actor, quien destaca que su personaje se ve "incapaz de vivir en grupo si para ello tiene que esconder la verdad".

Porque Alcestes, remarca el director, es un hombre al que se podría tildar de "incómodo", como calificamos a todas aquellas personas auténticas que "dicen las cosas como son".

Así, el texto crea un retrato que puede resultar "agobiante" para los espectadores, que se ven reconocidos en algunas líneas del diálogo, como han podido comprobar en las representaciones que la compañía viene realizando desde su estreno el pasado octubre en Avilés.

En las funciones, Del Arco también ha podido denotar cómo el humor ácido que se inmiscuye entre el drama provoca diferentes respuestas: "Se producen muchos momentos en los que la risa de algunos espectadores molesta a otros, cosa que me gusta mucho, porque muestra las diferentes capas de la obra", comenta el director a Efe.

La adaptación fue, según el director, "dolorosamente sencilla", algo que Elejalde ve comprensible, ya que opina que lo nuestros son "tiempos misantrópicos": "Vivimos en una sociedad basada en valores materiales, que cuando se mira al espejo le cuesta reconocerse".

Su compañera, Manuela Paso, corrobora sus palabras: "La obra es asequible y moderna porque se trata un viejo conflicto: cómo el 'yo' se adapta al entorno".

"Y de esta dificultad es de donde surge la vida y todas las cosas más maravillosas, aunque también las más terribles", concluye la actriz.

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