Milagros del Perú piensa "seguir en la profesión, con la misma ilusión"

  • La novillero Milagros del Perú, herida de gravedad el pasado domingo en la plaza de Las Ventas, tiene claro que piensa "seguir en la profesión, y con la misma ilusión", según declaró hoy a EFE.

Madrid, 27 sep.- La novillero Milagros del Perú, herida de gravedad el pasado domingo en la plaza de Las Ventas, tiene claro que piensa "seguir en la profesión, y con la misma ilusión", según declaró hoy a EFE.

Ingresada en la clínica madrileña "La Fraternidad", en la habitación 330, rodeada de sondas y sueros, ya hace planes para esa vuelta a los ruedos que tanto le ronda la cabeza. "De momento pierdo la del próximo lunes, día 3. A ésa ni llego. Pero el apoderado, Antonio Picamills, me ha prometido que todavía no se nos irá el año en España sin algún festejo más".

Doce novilladas picadas llevaba toreadas esta temporada, además de siete festivales. Y la suma de una más, el número de la superstición, no le dice nada. Como tampoco quiere que cuente para el futuro el vestido de luces que llevaba, "un verde y oro que -asegura- pienso ponerme enseguida que vuelva. Esto son cosas que pasan, y no hay que darle vueltas".

De la misma manera que no comparte la idea de que el mundo del toros sea machista, "aunque en cierto modo podría considerarse así. Pero -advierte- el animal no distingue entre sexo, ni de raza. El toro te da y te quita, y te exige igual".

Junto a ella, sus padres, Alejo y Rosa, "habían venido a España para el evento, pues era un acontecimiento, mi presentación en Madrid. Aunque la cosa ha salido cruz. Ahora me alegro de tenerlos aquí ya que estando lejos se preocuparían más".

El hecho de que entrar en la historia como la mujer herida más grave en Las Ventas hasta ahora, no le dice nada. "No es un honor. Ese día era consciente de todo lo que hacía, y la cornada nunca me la hubiera planteado", asegura.

"¿Se equivocó el toro?", se pregunta ella misma. "Pues no sé, aunque es una suerte incierta la de ir a la puerta de chiqueros, ya que nunca se sabe si saldrá bien o mal, una lotería. Lo que había que hacer era apostar, y ésa fue mi decisión: darlo todo".

La "novillero", como a ella le gusta que le llamen, no fue consciente de la gravedad hasta después de operada en la misma plaza y trasladada en ambulancia a la clínica, ya rodeada de batas blancas y tubos. "No pensé que era tanto como está resultando". La herida, en el glúteo izquierdo, tiene una trayectoria hacia dentro de 20 centímetros que contornea la región sacrocoxígea y perfora el recto en un trayecto de 3 centímetros.

Milagros reflexiona con una sorprendente naturalidad. "Una es consciente de dónde está y a lo que se mete, en un camino de cara o cruz, sabiendo qué puertas hay para salir. Y como no siempre se triunfa para la Grande, existe el riesgo de salir por la de la enfermería".

Sin antecedentes profesionales taurinos en la familia, aunque cuenta que su padre "siempre fue aficionado práctico", Milagros Sánchez empezó desde muy pequeña a ver toros en Lima, y después de terminar sus estudios primarios decidió que su vocación era la de ser torero.

Entró en la peruana Escuela de Acho, y compaginó sus primeros pasos taurinos con los estudios de Administración Hotelera. También en España llegó a terminar los estudios de Geriatría mientras permanecía en la Escuela Taurina que dirige el maestro Antonio Sánchez Puerto en El Espinar (Segovia), a unos 80 Kilómetros al norte de Madrid.

Pero Milagros Sánchez, "Milagros del Perú", a los 23 años (en noviembre cumplirá 24) no se plantea otra alternativa profesional que la de ser torero. "Es una carrera larga y complicada, muy difícil. Aunque cuando una sabe lo que quiere y hasta donde está dispuesta a llegar, dando lo que sea necesario, hay que seguir. Y luchar".

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