Miquel Barceló, sus "ideas raras" y su madre

  • Iskra Calderón.

Iskra Calderón.

Felanitx (Mallorca), 28 ago.- Las "ideas raras" que ya tenía de niño Miquel Barceló y que le llevaban a dibujar en las paredes de su casa han regresado a su Felanitx natal en forma de un lienzo de dos por cuatro metros y medio, con dibujos del artista y bordado por su madre, de 87 años, Francisca Artigues.

"Es un orgullo, aunque no me encuentro ni la mitad de autora que Miquel, porque digo, bordar puede bordar cualquiera, pero lo que ha hecho él tiene que tener un poco de genio, digo yo", afirma en una entrevista con Efe Francisca, primera admiradora del polifacético artista mallorquín.

Todo comenzó hace poco más de año y medio cuando la madre le entregó una tela al hijo para que le agraciara el diseño de una mantelería, como en otras ocasiones, pero al volver a por ella Francisca encontró que el artista había cambiado de idea.

"Había puesto toda la pintura, esa acuarela, los pececitos de acrílico y me fue dibujando figuritas. Y me dijo: 'Será como una tela pintada, tú haz lo que quieras, pon lo que quieras y lo bordas'. Yo me lo llevé y empecé a pintar y a bordar", cuenta Francisca, no sin antes decir con ironía: "Yo se lo dejé limpio, limpio, él me lo entregó sucio de pintura".

La madre del autor de la reforma de la Capilla del Santísimo de la Catedral de Palma, donde creó un retablo cerámico en 2007, ha invertido casi un año de su vida en bordar la extensa tela con la técnica del ganchillo, que le ha gustado "siempre", y que el artista iba dibujando y pintando poco o poco, cada vez que volvía de viaje.

Los motivos del lienzo realizado a base de pequeños dibujos van desde peces, ranas, aves, calamares, mariposas, insectos, frutas, árboles, flechas hasta un mono cabalgando; una variedad que Francisca define mejor: "Imaginación, de los viajes que hacía, de Mali o la India".

"Ya de niño tenía muchas ideas raras y dibujaba por las paredes y yo le decía, 'te voy a matar'", cuenta con una sonrisa la pequeña y vital mujer, que se muestra satisfecha por haber terminado esta obra a medias con su hijo, pero que ella considera propia de él.

"Es una obra de Barceló porque sin la pintura y los dibujos...Yo considero que es una obra de Barceló", insiste orgullosa la madre, que es ahora la protagonista de la exposición que muestra esta única obra en un local de Felanitx, cedido por el Ayuntamiento y donde permanecerá hasta el 1 de septiembre.

Allí recibe a los visitantes, en especial los vecinos del pueblo que se muestran satisfechos por ver finalmente la obra que Francisca llevaba labrando muchas tardes y noches de los últimos meses, y en especial porque el otro autor, el más famoso, no había expuesto en el lugar que lo vio nacer desde casi 40 años.

"Me siento muy halagada y muy contenta de verlo terminado porque yo no sabía si lo iba a terminar porque es muy largo", dice con cierto alivio la madre que, consciente de su edad, confiesa su angustia por el tiempo que se agota.

Pero esos 87 años tan bien llevados no son un obstáculo ni de lejos para los planes de futuro de Francisca, que planifica otra obra "a medias" con el responsable de la restauración de la cúpula de la sala XX del Palacio de las Naciones Unidas de Ginebra realizada en 2008.

"Ya le he dado otro trapo, pero más pequeño", cuenta la madre de Miquel Barceló, a quien le dejará plena libertad para dibujar. "Lo que a él se le ocurra, no le diré 'haz flores en lugar de animalitos'; no lo sé, me sorprenderá. Yo le digo 'pon pintura', porque cuando hacía cositas sin pintura no me gustaba tanto, siempre te queda bien el dibujo encima de la acuarela", sugiere.

Eso sí, está convencida de que su hijo, el artista internacional, "seguramente hará algo diferente". "No suele repetir", dice segura, a la vez que se apresura a pedir que comience a dibujar "antes de que se vaya a París". "Yo soy muy mayor, no puedo esperar a que vuelva por Navidad", urge Francisca.

Mostrar comentarios