Moa achaca a "La Colmena" el "costumbrismo banal" de la novela histórica

Valladolid, 25 jun.- La avalancha de novelas históricas ambientadas en la guerra, posguerra civil y dictadura españolas (1936-1975), tiene su origen en una "excelente novela" como es "la Colmena", de Camilo José Cela, pero el resultado que ha propiciado es el de un "costumbrismo banal", según el escritor Pío Moa.

Numerosos libros, películas y series de televisión ambientadas en esa época han proliferado en los últimos años "porque ha sido una de las partes de la historia de España más atractivas, movidas y dramáticas", aunque el tratamiento por parte de escritores y realizadores "ha sido muy chabacano", de un "realismo cutre".

Pío Moa (Vigo, 1948), que esta tarde presenta en Valladolid su debut en la novela histórica, ambientado en la Guerra Civil -"Sonaron gritos y golpes a la puerta" (La Esfera de los Libros")- atribuye esa afirmación a que los autores han tomado como molde el de "La Colmena" (1945), una "excelente novela", ha dicho hoy a Efe.

No obstante, Cela no asumió en su célebre libro el "trasfondo histórico real" del momento, sino que se limitó a reflejar las vidas de unos pocos "espíritus simples que pasaban calamidades, como han existido en todas las épocas", ha sostenido.

En su caso, ha tratado de rehuir de esa tratamiento al pergeñar personajes "vivos, que se rebelan, inconformistas, que luchan por salir a flote".

Sólo de esta manera, ha agregado, se puede evitar el riesgo de quien afronta la escritura de este tipo de libros: "Que la novela se coma a la historia o al revés".

Basada parcialmente en hechos reales, "Sonaron gritos y golpes a la puerta" comienza e Barcelona con el asesinato, en 1936, de un padre delante de sus hijos, y se extiende a lo largo de más de medio millar de páginas por otros escenarios como el resto de Cataluña, Madrid, Galicia y Rusia.

Pío Moa, articulista y escritor, se ha especializado en la II República (1931-1936), Guerra Civil (1936-1939) y dictadura franquista (1939-1975), con el resultado de diversos ensayos donde aporta tesis que matizan e incluso contrarrestan versiones mayoritariamente extendidas y aceptadas sobre esas épocas.

Fue uno de los fundadores del grupo terrorista GRAPO, con el que participó en atentados hasta que fue expulsado en 1977, aunque fue reinsertado en 1983. A esta época corresponden sus memorias "De un tiempo y de un país. La izquierda violenta (1968-1978)".