Moliner apuesta en su nuevo libro por "un narrador omnisciente y que opinara"

  • Barcelona.- La escritora Empar Moliner, que hoy ha presentado en Barcelona su nuevo libro de relatos, "No hi ha terceres personas" (No hay terceras personas), explicó en rueda de prensa que, en esta ocasión, ha apostado para sus historias por un narrador omnisciente y que opinara sobre lo que sucede en la trama.

Barcelona.- La escritora Empar Moliner, que hoy ha presentado en Barcelona su nuevo libro de relatos, "No hi ha terceres personas" (No hay terceras personas), explicó en rueda de prensa que, en esta ocasión, ha apostado para sus historias por un narrador omnisciente y que opinara sobre lo que sucede en la trama.

"Siempre me ha preocupado -ha subrayado- la voz del narrador y ahora el cuerpo me pedía uno muy omnisciente y que opinara mucho, tal como ocurre en los cuentos de mis maestros John Cheever o Dorothy Parker, que son bestiales, muy buenos".

Moliner, conocida articulista de prensa diaria y que colabora en programas de radio y televisión, vuelve a publicar cuatro años después de "¿Desitja guardar els canvis?", también con Quaderns Crema.

Este nuevo libro ve la luz dos años y media después de que Moliner fuera madre de una niña, Ginebra, a la que dedica el libro, igual que a su compañero Àlex.

En los diez relatos de este recopilatorio regresan, recurrentes, personajes a los que les gusta mucho la música, el buen vino, reputados restaurantes o periodistas que no llevan libreta cuando realizan entrevistas.

La mayoría de los relatos desprenden un aire de tristeza, aunque Moliner remarca que no lo ha buscado a propósito y que es el momento de su vida en el que todo lo ve "menos amargo", aunque sí ha reconocido que tiene "más miedo que antes", especialmente por lo que pueda ocurrirle en el futuro a su pequeña.

El editor Jaume Vallcorba ha apuntado que quizá "la tristeza sea el resultado del mundo en el que vivimos".

Por otra parte, son piezas "costumbristas" en el sentido de que se aproximan al mundo cotidiano, aunque con la particular mirada de Moliner, y en el que caben desde una cocainómana, -"eso no quiere decir que yo lo sea, aunque no significa que no haya probado drogas"- a unos padres que adoptan a un pequeño peruano u otros que dejan de dormir juntos cuando nace su bebé.

Asimismo, ha escrito un monólogo teatral, que debe interpretar una actriz de entre 45 y 70 años, porque dice que algunas amigas suyas de ese ámbito se quejan de que no hay papeles para ellas.

Todas las historias están basadas, aunque algunas remotamente, en su experiencia personal o porque las ha conocido muy de cerca.

Asimismo, ha mantenido, por las alusiones que hay en los relatos a los teléfonos móviles o a algunas páginas de internet, que "los elementos de la vida moderna condicionan los argumentos".

Sobre nuevos proyectos, la narradora ha indicado que tiene ganas de escribir otra novela, de la que ya ha escogido el argumento, pero todavía no tiene "suficiente fe en el mismo".

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