El adiós a un genio de la música. Un virtuoso pianista y compositor cubano que ha fallecido este viernes a los 94 años de edad en Suecia, después de pasar los últimos años de su vida residiendo en Benalmádena bajo el sufrimiento del alzheimer.
Bebo Valdés llevaba cerca de 50 años exiliado de Cuba, donde fue una figura clave en los años dorados del jazz en la isla y una de las estrellas principales del Club Tropicana. Padre de otro pianista y compositor talentoso, Chucho Valdés, se trasladó a Málaga en los últimos años de su vida. Hace dos semanas los hijos del último matrimonio de Valdés se lo llevaron a Estocolmo ante el agravamiento de su enfermedad.
Músico precoz, desde sus primeros años demostró un talento natural. Durante sus primeros años como músico creó Sabor de Cuba, su propia big band y gracias a su respaldo triunfaron figuras como la vedette Rita Montaner y los cantantes Beny Moré y Rolando Laserie.
En los inicios de la década de 1950 Valdés conoció y realizó grabaciones con Nat King Cole, y además fue el inventor de la batanga, un nuevo ritmo que entraba en competencia con el mambo de la época.
La revolución cubana de 1960 le llevó al exilio y al anonimato hasta que más de treinta años después, en 1994, publicó 'Bebo rides again', una colección de clásicos cubanos y de temas originales suyos.
En el año 2000 el cineasta Fernando Trueba le redescubre y le invita a participar en su película Calle 54. Bebo se reencuentra en un escenario con su hijo Chucho y también con sus viejos amigos Israel López Cachao y Patato Valdés. Trueba graba el disco El arte del sabor, que obtiene el Grammy al Mejor Album Tropical Tradicional en 2001.
La última época de su carrera tuvo un punto álgido con el disco Lágrimas negras (2004), grabado con Diego el Cigala y marcado por los reconocimientos y los premios al artista cubano, entre los que destacaron varios Grammy.
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