"Mujeres en el filo de la navaja" por salirse de su papel durante el siglo XX

  • Entre todas las mujeres que decidieron "salirse de su papel" durante el siglo XX en España, el periodista Manuel Espín ha escogido a veinticinco de ellas nombres para componer su último libro "Mujeres en el filo de la navaja" (Corona borealis).

Ana Aranda

Madrid, 27 may.- Entre todas las mujeres que decidieron "salirse de su papel" durante el siglo XX en España, el periodista Manuel Espín ha escogido a veinticinco de ellas nombres para componer su último libro "Mujeres en el filo de la navaja" (Corona borealis).

Un libro que a pesar de reclamar a féminas "inteligentes y con vocación, que lucharon contra la frustración que sentían ante su realidad", como las describe Espín en conversación telefónica con Efe, no tiene una vocación feminista.

"No quería entrar en reglas y en doctrinas, sino solo contar la realidad tal como fue", comenta el escritor.

Entre ellas aparecen nombres del deporte como la polifacética Lili Álvarez, primera finalista española del torneo de Wimbledon, que también fue precursora en el campo de golf; o la "Isadora Duncan española", Tórtola Valencia, una icónica bailarina de la "Belle Époque" que no se plegó a usar corsé sobre el escenario.

"La lucha de Valencia sería equivalente a la que hoy vemos con las mujeres obligadas a cubrirse con un velo por motivos religiosos", compara Espín.

Además de otros nombres de intelectuales no tan desconocidas, pero que le deben la mayor parte de su fama a sus relaciones.

Así aparecen Zenobia Camprubí, que "sacó del hoyo a Juan Ramón Jiménez a costa de renunciar a su carrera"; María Teresa León que "se ha quedado reducida a la sombra que Alberti proyecta" porque el reconocimiento le llegó tarde, ya que cuando ambos regresaron del exilio ya estaba afectada por el Alzheimer.

A parte de la memoria de estas mujeres, Espín también reclama dos lugares de encuentro y debate femenino creados en la primera mitad del siglo pasado:la Residencia de Señoritas y el Lyceum Club Femenino, cuyos miembros eran llamadas de manera despectiva "maridas" .

En ellos, se reunían estas mujeres que en la mayoría de la ocasiones "tuvieron que luchar para encontrar un sitio en la universidad o poder estudiar" y que, a pesar de ello, "eran mujeres que dominaban varias lenguas y con una perspectiva muy cosmopolita".

Fuera de esta relación se han quedado tantos nombres "como para hacer otro libro con otras treinta o cuarenta mujeres", incluyendo a la actriz María Guerrero o a la infanta Eulalia de Borbón, hija de Isabel II, que es nombrada en el libro y cuya su crítica a la falta de educación de la infantas "que solo cosían y bordaban" se convirtió en uno de los escándalo que protagonizó durante su vida.

Para Espín, que también ha participado en la realización de más de una decena de películas, programas de televisión y documentales, todas estás mujeres merecen "su película", pero sin que fueran representaciones falseadas "que consiguen que el ayer sea como el hoy para con un vestuario diferente" como considera que son las que dominan en la actualidad.

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